Es una apuesta, pero reúne todas las virtudes de un buen fichaje

Alejandro Menéndez

TORRE DE MARATHÓN

05 ene 2015 . Actualizado a las 15:28 h.

Oriol Riera tenía 22 años cuando llegó al Celta B y ya se trataba de un jugador con unas expectativas muy altas. Llegó por las necesidades que entonces teníamos de buscar un delantero con gol. Ya había estado en el Barcelona B y contaba con ofertas de equipos extranjeros de primera división, pero él valoró que el Celta B podía suponer un trampolín para él y vino con nosotros. A partir de ahí, es un jugador que tiene una mentalidad de equipo, es humilde y siempre supo plasmar en el campo mis exigencias como en entrenador para competir bien.

Recuerdo que empezó dubitativo la temporada, pero acabó convirtiéndose en un jugador importante, que competía con Iago Aspas por un puesto y con la sombra de Joselu, quien alternaba el primer y el segundo equipo, pero se hizo indiscutible a medida que pasaron las jornadas por sus goles y su juego. Daba una gran sensación de experiencia, de aguantar el balón y de buenos movimientos. Completó un año buenísimo, de muy buen rendimiento.

Fue un chico que se adaptó muy bien al vestuario, es muy buen compañero y creo que el Celta lo podía haber aprovechado más en el primer equipo, que entonces estaba en Segunda División. Podía haber sacado más rendimiento de su progreso. Tenía muy buenas expectativas. Y no hablo desde sus éxitos posteriores en el Alcorcón o el Osasuna, sino ya entonces apuntaba lo que después plasmó. En aquel momento daba la sensación de que era un jugador que respondía a la máxima confianza del filial y, aunque llegó a debutar con el primer equipo, no disputó muchos partidos.

Lo que más me llamaba la atención de él era que se trataba de un chico que podía haber venido más como figura, pero se subordinó por completo al equipo. Recuerdo que en mis conversaciones con él siempre intentaba mejorar como equipo, siempre pensaba en sus compañeros. Es un buen jugador de equipo en el plano positivo, aunque para el aficionado en general pueda resultar poco atractivo.

El Deportivo ha fichado a un goleador. Tiene mucho remate, pero también buen juego de conjunto. Sabe aguantar el balón y esperar la llegada de sus compañeros desde la segunda línea. Es una apuesta, no es un jugador consagrado en la categoría, pero reúne muchas virtudes que le llevarán a serlo pronto.

Alejandro Martínez es el actual técnico del Shaanxi Wuzhou chino y entrenó a Oriol Riera en el Celta B.