El calzón incorruptible de Juanfran

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

La costumbre del lateral diestro de repetir ropa interior en todos los partidos es la más llamativa entre las manías que tienen los jugadores del Deportivo

29 dic 2014 . Actualizado a las 21:08 h.

Los hay (muchos) que consideran absurdas las manías previas a los partidos; pero también son varios los futbolistas del Deportivo que dan una larga lista cuando se les pregunta por sus supersticiones.

Juanfran, el maniático

Los calcetines, las espinilleras, los calzoncillos... «Uy, yo muchas», contesta Juanfran. Y sonríe antes de arrancarse: «Por ejemplo, me pongo siempre primero la espinillera derecha, el calcetín derecho, la bota derecha... Bueno, y luego están los calzoncillos».

-¿Los calzoncillos, qué?

-Que uso siempre los mismos. Desde hace cinco años.

El lateral aclara a continuación que la prenda es lavada y guardada en un cajón hasta el partido siguiente. Solo la emplea cuando le toca jugar. «No tienen nada especial», comenta. Tampoco fueron ningún regalo. Los compró cuando jugaba en el Villarreal B, su estreno coincidió con el inicio de una buena racha, y siguió con ellos hasta ahora.

Las rutinas de Toché

Cambio de hábitos tras las derrotas . El veterano más maniático es Toché, aunque no tiene un hábito concreto. Lo suyo es la fidelidad a una rutina en caso de victoria. «Si nos va bien hago lo mismo siempre: utilizar las mismas zapatillas el día anterior, ir a los mismos lugares...», explica el delantero. Así, hasta que la racha se rompe: «Cuando el partido sale mal cambio muchas cosas: la ropa, las botas... De todo».

José Rodríguez es otro de los que calcan acciones después de un resultado favorable. «Si nos sale bien, intento repetir todo lo que he hecho durante la semana», confiesa el alicantino.

En el caso de Toché, solo hay una costumbre inamovible más allá del resultado. Salta al campo «siempre con el pie derecho».

Costumbres repetidas

Fabricio, contra los del pie derecho . A lo de pisar el césped primero con la diestra se apuntan un buen número de futbolistas blanquiazules. Luisinho, Juan Domínguez, Insua, Laure, Canella y Cuenca caen siempre sobre el mismo pie al saltar al campo. El portugués (zurdo) permanece fiel al derecho cuando abandona el terreno de juego -«lo hago siempre igual, desde que era pequeño», detalla-. Fabricio se suma a los que repiten; sin embargo, el portero opta por el lado contrario al de la mayoría de sus compañeros y entra con el izquierdo. Además, da tres saltos seguidos.

Otra de las manías comunes en el plantel es la de rezar antes de cada duelo. Aunque cada uno por su cuenta. Así lo hacen Cavaleiro o Insua, mientras que Lopo, Canella y Fariña prefieren santiguarse al abandonar el túnel de vestuarios. El argentino le suma a la señal de la cruz una caricia al tatuaje con el nombre de su hijo Dylan.

Juan Carlos, otro de los que calcan rutinas previas a cada encuentro, prefiere la meditación al rezo. Siempre se aparta un par de minutos para reflexionar acerca del partido que viene.

Los capitanes

La música interior de Manuel Pablo y el cortado de Laure . Para los dos futbolistas más antiguos del Dépor, las manías previas a cada duelo carecen de sentido. Si Laure sigue alguna rutina lo hace por gusto y no por superstición. Y es que el lateral solo repite un gesto antes de jugar: levantar la taza de ese café cortado que nunca perdona. También salta con el pie derecho, pero la mayoría de las veces ni se fija en ese detalle.

Tampoco presta mucha atención a esas cosas Manuel Pablo, pero confiesa que suele estimularse con las mismas canciones cuando todo va bien. El canario habla de una música que solo suena en su cabeza, porque aunque ejerce de pinchadiscos en las fiestas del vestuario, ahí no acostumbra a repetir temas.

Inmunes a supercherías

Media docena de jugadores sin ninguna manía . Los capitanes no son los únicos sin manías. Hay otros seis jugadores que contestan con un «ninguna» cuando se les pregunta por sus supersticiones: Salomao, Lux, Sidnei, Wilk, Postiga y Seoane. Lucas solo admite hacer siempre el mismo gesto con el pie, aunque lo considera más un tic que una llamada a la suerte.