«Señora, su hijo va a triunfar»

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Fariña festeja el golazo que marcó el pasado lunes y que dio al Dépor el triunfo que tanto ansiaba.
Fariña festeja el golazo que marcó el pasado lunes y que dio al Dépor el triunfo que tanto ansiaba. césar quian< / span>

El ojeador que descubrió a Fariña recuerda los comienzos del mediapunta

17 dic 2014 . Actualizado a las 15:34 h.

«El que me descubrió también era de Fiorito. Un vecino». El mismo que cazó para Racing el talento de los hermanos Zuculini. Ricardo Sequeira, se llama. Y ayer aún no había visto el golazo de Luis Fariña. El que sacó al Dépor del descenso y salvó a Víctor Fernández de un fulminante despido.

«Me alegro tanto por él», aseguraba por teléfono a La Voz este ojeador que pasó cuatro años al servicio de La Academia. Hablaba desde su casa en la Villa. «Muy cerca de la del Pelusa (Diego Maradona)» y «a una cuadra de la de Luisito».

Aquel crío que un día decidió acompañar a su hermano mayor a un entrenamiento con Banfield y mintió para poder quedarse y jugar con los chicos grandes -el engaño solo se descubrió cuando tuvo que presentar el documento de identidad antes del primer encuentro oficial-. Así empezó Fariña, destacando entre chavales que le sacaban dos años. Y cuando cumplió los nueve, llegó su momento en un partido contra Racing.

Los pequeños del Taladro le ganaron 3-0 a los de Avellaneda y al salir de la cancha, un conocido del barrio fue a hablar con la madre del mejor jugador del duelo. «Le dije, ??señora, yo quiero ayudarles?? y ella se quedó mirándome y solo preguntó ??¿cómo???. ??Quiero llevar al chico a Racing. Y ya le aseguro que su hijo va a triunfar. Que va a llegar a Primera??». Cuenta Sequeira que en ese momento le llegó a prometer a la mujer que el niño alcanzaría a vestir la albiceleste. «Ahí todavía no acerté, porque solo estuvo en las inferiores», lamenta.

-¿Qué tenía el crío que lo hiciera distinto?

-Temperamento. Y manejaba los perfiles. Era desequilibrante. Creo que en Europa aún no han visto todo lo que puede dar Luis. Ahora corre mucho y juega menos. Necesita que le permitan jugar de enganche. Que le den libertad. Eso póngalo bien grande.

Con esas cualidades, Fariña fue presentado en sociedad y el azar quiso que entre quienes primero lo vieron estuviera Fernando Marín, entonces presidente de La Academia. «Enseguida les ofreció a los padres un seguro médico de 400 pesos para el chico y un viático (salario). Eso entonces (2001), era mucho», sostiene Sequeira.

La influencia familiar

A partir de ahí, el muchacho empezó a entrenar con los del Cilindro. A las prácticas lo llevaba su madre. «Una hora de colectivo (autobús) para ir y otra para volver. Son muy buena gente los padres de Luisito. Humildes y muy trabajadores. Y yo siempre digo que de buenos padres salen buenos hijos», afirma el exojeador de Racing, que ahora sigue trabajando para formar niños en torno al fútbol. «Supongo que Dios me dio ese don. Y yo le estoy muy agradecido», apunta.

Del don se sirvió a Fariña para iniciar su carrera profesional, alterada en el mejor momento por una gravísima lesión (se rompió el cruzado en su segundo partido con el primer equipo). El percance truncó una excelente progresión como internacional, privándole de disputar del Mundial sub 20, pero el pelado de los de Avellaneda volvió con fuerza y llamó la atención del Benfica.

Dio el salto a Europa. Como De Paul, Bruno Zuculini (ambos en el Valencia) o Vietto. El delantero marcó el gol del Villarreal en el Calderón y abrió el gran fin de semana de la Academia, que el domingo se proclamó campeón de liga. La racha la cerró Luisito el lunes. Hizo su primer gol oficial en Riazor. Y empezó a triunfar. Con el Dépor.