Fabricio; tras la senda de Aranzubía

Fabián Bouzas LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

LOF

El canario presenta unos números muy similares a Dani Aranzubía tras sus primeros catorce partidos en primera con el Dépor

20 dic 2014 . Actualizado a las 01:37 h.

Es el hombre del momento, el que acapara los elogios y alabanzas incluso en los momentos más delicados y comprometidos del equipo. Lo cierto es que desde su inmersión en el once titular tras el bajo momento de forma de Germán Lux, Fabricio Agosto se ha erigido en uno de los nombres propios de la temporada herculina, una figura sin la que no se podría entender la mejora en cuanto a solidez y equilibrio que ha experimentado el equipo con su presencia bajo palos.

Su irrupción ha sido tan fugaz e impactante como inesperada, el ahora suplente Lux llegaba a este curso 2014-2015 con la confianza plena de equipo, técnicos y afición, una confianza ganada en base a la magnífica temporada que realizó el Poroto en la andadura de los herculinos en segunda división, erigiéndose en uno de los referentes indiscutibles del ascenso. Sin embargo su titubeante inicio lo relegaron al banquillo, lo que provocó la consiguiente explosión de Fabri.

Pese a las peculiares circunstancias -trifulca entre Aouate y Munúa y con el equipo en puestos de descenso- que rodearon su debut en el Dépor de Lotina en el curso 2007-2008, Fabricio solamente acumula 14 partidos en primera división con el cuadro blanquiazul, los primeros siete los disputó cuando apenas había cumplido las veinte primaveras y por aquel entonces, la presión, la falta de preparación mental y la delicada situación deportiva del equipo le pasaron factura y sus actuaciones generaron muchas dudas. Unas dudas que siete años después parece haber disipado.

Tras varias experiencias irregulares en el Valladolid, el Recreativo de Huelva y el Betis, su vuelta a Coruña estuvo rodeado de escepticismo, hasta que le llegó la oportunidad de defender al equipo bajo palos.

En estos catorce partidos que Fabricio ha disputado con el Dépor en primera, el canario ha encajado quince goles, manteniéndose imbatido en casi la mitad de los encuentros, seis. Sus números mejoran a otros antecesores suyos en la meta blanquiazul, que en sus primeras catorce presencias en la meta blanquiazul encajaron más goles que el canario. Es el caso de su actual compañero Germán Lux, quien encajó 22 goles en los 11 partidos que disputó en la máxima categoría con el equipo herculino.

Dudú Aouate y Gustavo Munúa, también presentan números peores que los del canario tras sus primeros catorce partidos como blanquiazules. El israelí encajó 17 goles, los mismos que el uruguayo, ambos en un contexto donde los objetivos y la confección de la plantilla blanquiazul invitaban más a mirar a Europa, que a luchar por evitar el descenso.

La referencia de Dani Aranzubía

Sin embargo, entre los antecesores de Fabri en la portería blanquiazul en el pasado más reciente está el último gran referente de la portería blanquiazul; Dani Aranzubía, que en sus primeros catorce partidos como blanquiazul firmó unos numeros practicamente idénticos a los que ahora está firmando el canario. El guardameta vasco encajó 14 goles, uno menos que Fabricio, y estuvo imbatido en ocho de esos primeros 14 encuentros, mejorando ligeramente las estadísticas del actual guardameta herculino. Esos fueron los inicios de una trayectoria, la de Dani Aranzubía en Riazor, que se prolongó durante seis temporadas, en las que acumuló casi doscientos partidos en la meta herculina. Seis temporadas de tranquilidad y estabilidad en la portería, dos conceptos; tranquilidad y estabilidad, que se antojan tan necesarios como imprescindibles en el actual contexto deportivo y extradeportivo que vive el club.

Por el momento, tras las prodigiosas intervenciones ante Fayçal y Domingo Cisma en el encuentro ante el Elche, Riazor volvió a rugir en favor de uno de los suyos. Fabricio se ha metido en el bolsillo a toda la afición blanquiazul, que ya ve en él una figura a la que agarrarse en los momentos de tensión, dificultad y presión, una especie de ángel de la guardia que dé paz y aplomo al equipo cuando más lo necesite. Como en el pasado hicieron entonces otros en Riazor; como Jacques Songo´o, como José Francisco Molina... o como Dani Aranzubía.