El Dépor, en clave de Fa

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Más allá de su importancia bajo palos, la salida de balón también depende del portero blanquiazul

02 dic 2014 . Actualizado a las 17:42 h.

El Dépor de hoy lo componen un grupo de futbolistas contingentes y un jugador necesario. Mientras Víctor Fernández somete nombres y dibujo a rotación, Fabricio se ha convertido en emblema de la nueva etapa que arrancó tras el lamentable espectáculo ofrecido en el Pizjuán. El meta canario estrenó titularidad frente al Valencia y a partir de ese encuentro (el único disfrutado de principio a fin en estas trece jornadas) ha conseguido atenuar el escandaloso bagaje de tantos recibidos por los coruñeses. Cuatro goles encajados en seis partidos (dos del Getafe y otro par del Atleti) avalan el desempeño del arquero y la recién adquirida solidez defensiva.

Crecimiento atrás que no ha logrado propagarse al frente de ataque blanquiazul. Después del repaso al conjunto de Nuno, apenas ha subido otro tanto al marcador del Dépor (uno intrascendente, en la derrota ante el equipo de Contra). A los de Víctor Fernández les está costando generar juego y ocasiones. Y no solo el pasado domingo en el Calderón, con el vigente campeón en campo opuesto, o en Córdoba, con la inferioridad numérica como disculpa. Los duelos con el Espanyol, el Getafe y la Real Sociedad (salvo el segundo tiempo de este último) mostraron a un equipo falto de ideas y piernas amigas a la hora de crear.

Treinta balonazos por partido

Cuando la pelota está en poder de los coruñeses suele correr dos suertes dispares: o cambia de dueño de inmediato o acaba llegando a Fabricio para que se la quite de encima. En dos de las seis jornadas en las que actuó como titular, el canario fue el jugador que más veces empleó el pase en largo de todo el campeonato. Hasta en 35 ocasiones contra el Valencia y también en El Arcángel, donde el Córdoba se valió de su hombre extra (Postiga se fue a la calle a la media hora) para hacer que el choque se disputara casi por completo en terreno deportivista.

En los otros cuatro duelos fueron 27, 25, 30 y de nuevo 25 las oportunidades en las que el portero intentó alcanzar el campo rival desde su área. Una media de treinta intentos que solo tuvieron cierto éxito en el encuentro con los donostiarras. En esa última cita en Riazor, Fabricio rozó el 67% de acierto en el pase. En Cornellá, en su día menos atinado, apenas el 21% de sus envíos llegaron a destino.

La visita de la Real fue la única en la que el meta superó el 45% centros buenos. Un dato que va más allá de la puntería del arquero y habla de los problemas del equipo a la hora de sacar la bola desde atrás. Medunjanin se quejó hace una semana de la ausencia de ayudas y sosiego en la faceta creativa y aludió al miedo al error como posible causa. Lo cierto es que son pocas las veces en las que Fabricio tiene a tiro de pase corto un compañero en el que apoyarse. Y al hacerlo en largo choca con la falta de envergadura y efectivos del ataque blanquiazul. Los pobres datos y el modelo elegido han llevado al cuerpo técnico a incidir en las últimas semanas en el entrenamiento del juego con los pies de sus porteros.