El informe concursal recoge la práctica de artificios contables para dar beneficios

a coruña / la voz

TORRE DE MARATHÓN

27 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de que Tino Fernández calificara de falsas las cuentas presentadas en los últimos ejercicios por Lendoiro, fueron los administradores concursales los que en su informe aludieron a lo que la la auditoría del ejercicio 2006-07 ya había puesto sobre la mesa: alertar de una práctica contable que sirvió para maquillar unas cuentas que en realidad deberían arrojar unas pérdidas cuantiosas.

«La sociedad ha realizado diversas operaciones de revalorización contable de sus activos contrarias a la reglas legales y reglamentarias sobre la contabilidad, cuantificando el importe de estas anomalías», señalaba el escrito de los administradores, que además reflejaba que «los resultados económicos de las actividades sociales arrojan pérdidas cuantiosas, que consumieron totalmente el patrimonio, al menos desde el 30 de junio del 2006».

El informe concursal sostenía que el ejercicio anterior había terminado con pérdidas de 17,9 millones de euros y «con la sociedad en causa de disolución», por lo que para aparentar una situación diferente «se registró como beneficio extraordinario la valoración asignada a la concesión municipal del estadio de Riazor»», algo expresamente prohibido por el Código de Comercio.

Artificios contables

Todos estos artificios contables que continuaron en los años posteriores. La auditoría encargada por el mismo Lendoiro aseguraba en su informe sobre el ejercicio 2006-07 que en sus cuentas, «el Deportivo, oponiéndose a los principios de contabilidad generalmente aceptados», beneficios extraordinarios por 69 millones de euros, procedentes de la tasación de la plaza en Primera División y de la revalorización de la plantilla.

Es decir, las cuentas presentadas por Lendoiro deberían, al menos desde el 2005-06, haber presentado pérdidas, algo que había denunciado de forma retirada desde varios años antes el auditor y socio del Deportivo Manuel Pardo, impulsor con Jorge Borrajo -el socio que acaba de presentar una denuncia por delito societario contra el anterior consejo de administración- de la Plataforma por un Deportivo Transparente.

Ni Lendoiro ni su consejo de administración aceptaron entonces reconducir unas cuentas que nunca dieron pérdidas, como consecuencia de unos activos ficticios. A pesar de que siempre obtuvo beneficios, el maquillaje contable no impidió la entrada del Deportivo en concurso de acreedores, pero sí que puede encarecer el pago final de la deuda hasta en un 25 %.