El Granada-Almería (0-0) registró el peor de los resultados para el Deportivo porque llevó al equipo coruñés a puestos de descenso. Sucedió que sin jugar también se pueden perder puestos en la tabla, lo cual conlleva rebajar la moral del equipo y también de los seguidores. Tampoco hay que tomarlo con tanta gravedad, aunque es cierto que la hay, porque la Liga no llegó siquiera a cerrar la primera vuelta. Lo definitivo está por llegar, si bien hay que cubrirse a tiempo porque pasada la cuesta de enero los problemas se agigantarán debilitando los intentos de ponerse a salvo. Algo ya saben por experiencia vivida esos seguidores que empezaron a repasar el calendario con el deseo de que los cálculos rebajen temores y aporten tranquilidad. Es el problema de todos aquellos que militan en las filas de equipos que navegan amenazados de naufragio.
Volviendo al empate de Granada, decir que fue un partido sin nivel. No vimos más destacados que el portero almeriense, sin brillar ninguno de los jugadores que uno y otro equipo ficharon como refuerzos.
«Hay que aguantar, ya vendrá el remedio», me comentó ayer un veterano socio deportivista. Eso esperamos, pero será después del domingo porque creemos que el punto de partida hacia la mejoría no empezará en el campo del Atlético de Madrid, sino inmediatamente después, en los partidos contra el Málaga y Elche en Riazor.