El argentino, que contra el Getafe estaba incluso dispuesto a jugar la segunda parte lesionado e infiltrado, trata ahora de acortar los plazos para recibir a la Real
18 nov 2014 . Actualizado a las 16:51 h.La enfermería del Deportivo no deja de llenarse -ayer Cavaleiro se retiró del entrenamiento con molestias en el pubis- y Víctor Fernández ve cómo a cinco días de recibir a la Real Sociedad (sábado 22 horas, Cuatro), no sabe con qué jugadores podrá contar.
De los lesionados, solo Insua parece fijo en la convocatoria. Pese a no tener el alta médica, el central arzuano se ejercitó ayer con la misma intensidad que el resto de compañeros y todo hace indicar que será de la partida.
Más dudas presenta Luis Fariña, que quiere estar contra la Real Sociedad a toda costa. El futbolista ha doblado las sesiones preparatorias y trata de acortar los plazos al máximo.
Tras lesionarse contra el Getafe y serle diagnosticada una lesión muscular de grado 2, se estimó que el tiempo prudencial de recuperación estaría en torno al mes. Pero él trata de que se quede en tres semanas.
El episodio contra el Getafe
No es la primera vez que Fariña intenta acortar plazos, juega mermado o incluso tras sufrir un contratiempo durante un partido sigue en el campo tocado. Contra el Getafe se lesionó en el minuto 25 y cuando Víctor Fernández ya tenía preparada la salida de Canella, se dirigió al técnico y le pidió que no lo retirara que estaba con fuerzas para seguir. Es más, ya en el vestuario, con un desgarro en el músculo bastante importante, pidió al entrenador y a los médicos continuar el partido. Según cuentan algunos testigos del vestuario «dijo que lo infiltraran para superar el dolor y que salía en la segunda parte, que el equipo iba perdiendo y que quería ayudar como fuera. Que luego ya se recuperaría».
Pero los médicos no consintieron al entender que ya había estado minutos de más en el campo y que continuar podría acarrear varios meses en el dique seco.
Ahora, Fariña vuelve a adoptar el papel del compromiso y alarga las jornadas de trabajo en busca de una recuperación milagrosa y que, dentro de lo posible, esté exenta de riesgo.
Por las mañanas trabaja con el readaptador físico del Dépor, Pablo López. Ayer compartió sesión con Lucas Pérez y Toché y realizó carrera continua, esprints y progresiones entre otros ejercicios físicos. Pero el argentino no concluye la jornada en Abegondo. Por las tardes se somete a duras sesiones en la Deporclínica para complementar el trabajo matinal y lograr su objetivo de acortar los plazos.
El jueves tiene previsto realizar una prueba con el equipo para ver cómo se encuentra y, tras consultar con los médicos y el cuadro técnico decidir si está en condiciones de incorporarse definitivamente al grupo y jugar contra la Real dos días después o continúa con el trabajo en solitario y aguarda un momento mejor.
Jugó con el cruzado roto
Las muestras de compromiso de Fariña con un equipo no son nuevas. Siempre fue así. En sus inicios llegó a jugar 20 minutos de un partido con el cruzado roto. «En el momento sentí que me había roto, pero seguí jugando 20 minutos. En ese tiempo me caí cuatro veces al piso. A la cuarta, el doctor me mandó salir. Pero yo no entiendo el fútbol de otra manera que no sea sufrir hasta que no puedes más», recordaba hace unos meses el mediapunta. Años después sigue mostrando ese carácter en A Coruña.