Está sabiendo aprovechar su segunda oportunidad

Tito Ramallo

TORRE DE MARATHÓN

28 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Fabricio ha sido un futbolista muy seguro de sí mismo desde siempre. La cualidad que define su carácter sobre el terreno de juego no es testarudo, pero sí de ideas muy claras, muy marcadas. Incluso desde muy joven, cuando llegó sin apenas experiencia como juvenil al Deportivo, pero ya muy seguro de todo lo que hacía y las decisiones que tomaba. Cuando dio el salto al primer equipo tenía 21 años recién cumplidos y llegaba en una situación difícil, que requiere de madurez para sacarla adelante. Estaba jugando en Segunda B de forma excepcional, pero solo estuvo con nosotros media Liga y en la otra mitad jugó Manu. Apenas había encajado siete goles en toda la primera vuelta y acabamos clasificándonos para la promoción. Es muy constante en el trabajo, como todos los porteros, y muy trabajador. Peleó mucho por conseguir lo que tiene.

Se ve en el campo que ha cambiado mucho. En el primer momento era más impulsivo, menos reflexivo. Se dejaba llevar por su instinto, pero a este también hay que dotarlo de más experiencia y la ha ido adquiriendo con el paso de las temporadas, porque la vida deportiva del portero es más larga. Esa transformación la hemos visto poco a poco desarrollar. Y ahora está en un momento óptimo en cuanto a rendimiento deportivo y madurez, aspectos que no siempre confluyen en el mismo momento.

En los entrenamientos era un portero de convicciones firmes y arraigadas, al que casi había que convencer para que viera lo que le querías decir. Seguro que eso con el tiempo lo ha moldeado. Está claro que en su primera etapa cometió pecados de juventud, pero ahora está teniendo una segunda oportunidad y, algo que es muy difícil de cumplir en la élite del fútbol profesional, la está sabiendo aprovechar.

Tito Ramallo, entrenador de Fabricio en el Fabril.