El Deportivo conquista un afortunado empate ante el Espanyol

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

LOF

El equipo coruñés, a merced de los catalanes, apenas pisó campo contrario y sacó un punto gracias a las paradas de Fabricio

26 oct 2014 . Actualizado a las 20:19 h.

Pocas veces un 0-0 pudo dejar mejores sensaciones a un Deportivo que se puede considerar afortunado del botín cosechado en Cornellá. El equipo coruñés se vio zarandeado por el Espanyol durante casi los 90 minutos, no dio señal alguna de vida inteligente en ataque y tuvo en Fabricio a su mejor futbolista sobre el campo. Un punto suena a poco pero cuando se da un partido de sufrimiento continuo como ante el Espanyol, el Dépor se puede dar por satisfecho, por mucho que su actuación en Barcelona devuelve a la realidad gris de un equipo con limitaciones que hace sólo siete días dejó un fogonazo de tal intensidad que por un momento hizo olvidar cómo era la pinta del equipo antes de la luz.

Víctor Fernández dio continuidad al once que renació la semana pasada con intensidad, rapidez y buenas combinaciones en ataque. El Deportivo quería aferrarse a las buenas sensaciones del inesperado y balsámico triunfo ante el Valencia, testando si aquello que vio Riazor fue la bocanada de aire desesperada de quien se ahoga y sale del agua o bien un espejismo. Y en Cornellá se acercó más bien a lo segundo. El Dépor fue un despropósito de comienzo a fin ante un Espanyol que dominó sin problemas pero que acusó la ausencia del lesionado Sergio García para alumbrar el fútbol del conjunto local en la zona donde se desquilibran los partidos, y añadir otra alternativa a Lucas Vázquez, un tormento para Luisinho y que mostró ante el equipo de su tierra su excelente momento de forma.

El Deportivo fue un temblor con la pelota en los pies. No fue capaz de hilar cinco pases seguidos y cada balón iniciado desde la zaga se convertía en una sospecha. Lo que en los primeros instantes parecía un plan perfectamente urdido (esperar en campo propio y aguantar el empuje inicial de un Espanyol que desde la llegada de Sergio al banquillo aspira a ser un Atlético en miniatura) pronto se desnudó en impotencia. El Dépor era incapaz de salir con la pelota jugada y esta vez la movilidad de Cavaleiro en punta se encontró con una línea de creación absolutamente imprecisa, encabezada por un Medunjanin que era una máquina de perder balones. Los laterales ofensivos, que habían mostrado su potencial la semana pasada, parecían atados con cadenas a su zona defensiva y nunca aparecieron en ataque.

El Espanyol lo intentaba por las bandas, donde Lucas Vázquez encaró sin descanso. Las ayudas que tan solidarias se mostraron en Riazor ante el Valencia comenzaron a flaquear al poco. Cuenca era un fantasma en el campo, Fariña no encontraba pelota y Lucas Pérez tenía que dejar el campo lesionado a los 15 minutos. El resultado fue que con el paso de los minutos se jugaba sólo en una franja de campo de 30 metros, los que separa a Fabricio del centro del campo herculino. Wilk no daba abasto y el Dépor sufría sin remisión. Pidió penalti el Espanyol por derribo de Insua a Stuani, y en el saque de la falta que se concedió fuera del área, Lucas Vázquez encontró el larguero. Colotto rozó la escuadra en una espectacular chilena y Fabricio sacó el disparo de Montañés de la base del poste derecho. Antes del descanso, Lucas Vázquez remataba mal en el punto de penalti en una situación inmejorable, con otros tres compañeros esperando remate en el área coruñesa.

Las paradas de Fabricio

El 0-0 era una gran noticia para el Deportivo visto lo visto. Poco importó que José Rodríguez relevase a Lucas porque el centro del campo siguió viéndose rebasado. Pareciera que faltasen jugadores de campo en el equipo coruñés, siempre en la urgencia de corregir superioridades del rival. Cada entrega de la defensa era un puñal para sus compañeros y así pudo marcar Stuani a los 54 minutos, tras una cesión imprudente de Insua a Fabricio, que se tiró con todo a pies del uruguayo para taponar el remate. El portero canario se convertiría en protagonista absoluto del segundo acto con sus paradas. La entrada de Caicedo para acompañar en punta a Stuani acentuó el asedio local. Llegaron las ocasiones a borbotones. Fabricio sacó el cabezazo de Caicedo y otro remate de Stuani que eran preludios de gol, de manera consecutiva. Lucas Vázquez chutaba con demasiada violencia dentro del área tras el error de cálculo de Luisinho.

Así una y otra vez. Postiga entró por Cuenca y Bergantiños por un Medunjanin superado por los acontecimientos. Del Dépor no había noticia alguna en ataque. Chutó una falta el bosnio sin éxito y un centro raso de José Rodríguez se paseó por el área de Casilla, un espectador de lujo toda la tarde. El Deportivo sólo aspiraba a ver pasar los minutos y confiar en la poca puntería del Espanyol, huérfano de Sergio García, su goleador y mejor jugador. Y el plan le salió bien, puntuó por segunda jornada consecutiva y sonrío a un 0-0 afortunado que le permite al Dépor seguir manteniendo las distancias con la zona de peligro.

0. RCD Espanyol: Kiko Casilla; Javi López, Colotto, Álvaro, Fuentes; Víctor Sánchez, Canas; Lucas Vázquez, Álex Fernández (Caicedo, min.61), Montañés y Stuani.

0. Deportivo: Fabricio; Juanfran, Insua, Sidnei, Luisinho; Medunjanin (Bergantiños, min.74), Wilk; Cuenca (Postiga, min.59), Lucas Pérez (José Rodríguez, min.18), Fariña y Cavaleiro.

Árbitro: Velasco Carballo (colegio madrileño). Amonestó a Luisinho (min.36), Víctor Sánchez (min.50), Medunjanin (min.51), Postiga (min.68), Álvaro (min.78) e Insua (min.79).