El Deportivo salva un punto ante el Rayo Vallecano con un gol de penalti en el 94

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El equipo coruñés volvió a ver remontada su ventaja incial pero sumó su primer punto de la temporada

01 sep 2014 . Actualizado a las 03:02 h.

La fe de un Deportivo escaso de ideas y agotado en lo físico, junto con la sangre fría de Isaac Cuenca, inalterable ante la presión de tirar un penalti en el minuto 94, permitieron al equipo coruñés evitar su segunda derrota consecutiva y salvar un empate in extremis ante el Rayo Vallecano, al que le penalizaron los errores de su defensa. De nuevo el equipo coruñés se adelantó temprano en el marcador y de nuevo vio evaporarse esa ventaja, sufriente en sus costuras frescas cuando pierde la pelota y sin la sufieciente producción ofensiva en su prometedor cerebro en el centro del campo. Volvió a ser un Dépor dual, resultón cuando se juntan sus hombres de calidad pero limitado en lo físico y permeable a equipos de buen pie como el Rayo, que le dio la vuelta al gol inicial de José Rodríguez con dos tantos de Bueno. Pero un penalti afortunado que culminó la noche aciaga de Abdoulaye Ba permitió a Cuenca dar la primera, si acaso limitada, alegría a la afición coruñesa.

El Deportivo se puso de tiros largos para festejar el regreso de Riazor a la élite. El campo que tanto sufrió una temporada en Segunda se reencontraba con Primera y Víctor Fernández dispuso el mayor lujo del que dispone en una plantilla aún sedienta de refuerzos. Lucieron la titularidad de Isaac Cuenca y Medunjanin, juntó sus jugones el Dépor con el bosnio y los extremos con el catalán y Fariña, siempre tendiendo ambos al centro, y los otros dos centrocampistas, José Rodríguez y Juan Domínguez. De ese pequeño embudo salieron las mejores combinaciones locales en un arranque de nuevo prometedor, como sucediera en Granada. Pero, como también sucediera en Granada, la cosa cambió en cuanto el Dépor, tan pintón con la pelota como emisor de señales de fragilidad sin ella, se quedó sin la posesión.

La virtud del Dépor chocaba con la del Rayo Vallecano, un proyecto deportivo austero pero coherente en una idea de juego. Le costó desplegarla al equipo de Paco Jémez porque los blanquiazules salieron muy presionantes y activos, casi efervescentes. Salvó Cristian Álvarez saliendo al límite del área tras un un gran pase largo de Lopo que cogió dormidos a Zé Castro y Abdoulaye Ba. Toché llegó a rematar pero el portero del Rayo salvó in extremis. Fue el preludio del gol de José Rodríguez tras un calamitoso error de Abdoulaye (unos de los muchos candidatos a central del Deportivo este verano). La cesión del cedido por el Oporto sorprendió a su portero y José Rodríguez no desperdició el regalo.

El gol era síntoma de las intenciones del Dépor. Un centro del campo presionante, ayudado por el trabajo de un Fariña peleón. Medunjanin, titular por primera vez, flotaba dejando el trabajo más pesado a José y Juan. Corto aún de físico, el bosnio asombró por su primer toque y su desplazamiento en largo, dejando palpable la calidad de su golpeo. Se asoció siempre y ofreció salidas a sus compañeros, aunque su recorrido sea corto. Cuenca pidió un penalti en área del Rayo, que empezó a despertar. La estirada disposición del Dépor empezó a dar espacios para la calidad de Trashorras y bueno. La movilidad y el cambio de posiciones de Kakuta y Aquino despistó a la primera línea defensiva del Dépor, que empezó a ceder terreno.

Pudo empatar el Rayo mucho antes del descanso. Manucho, a quien siempre acompañará su declaración de intenciones de marcar 30 goles cuando llegó a Valladolid, pifió una buena situación de remate después de porfiar con la defensa y dar aire a su equipo cuando le costaba sacar la pelota desde atrás. Luego, el africano dejó solo a Kakuta ante Lux, pero el disparo del extremo salió por los pelos a la derecha del palo. Manucho empezaba a inclinar la balanza en su batalla con los centrales y el Rayo ganó metros a través de la lucha de su punta.

Un centro muy preciso de Aquino lo cabeceó con total calma Bueno en posición de delantero centro, tras el despiste de los dos centrales entre los que se coló el talentoso centrocampista del Rayo. El empate hacía justicia a los méritos del Rayo, que había crecido en la misma medida que exponía la fragilidad física y en transiciones del Dépor cuando se quedó sin la pelota. Aún así, el 1-1 le llegaba al Dépor justo cuando había tenido su mejor ocasión. Cuenca hizo un ejercicio de escapismo encerrado en el córner, se fue de dos defensores y tras apoyarse en Laure, chutó con violencia. Repelió como pudo Cristian Álvarez y Toché no consiguió reaccionar a tiempo para empujar.

El Dépor terminaba el primer tiempo con la sensación de ser un equipo dual. Pocos síntomas más claros de sus problemas en campo abierto que las amarillas de sus dos centrales y de José Rodríguez en los primeros 45 minutos. El gran trabajo de Toché pronto le empezó a pasar factura y el centro del campo del Dépor se quedó totalmente expuesto en el arranque del segundo tiempo, en el que el Rayo campó a sus anchas por Riazor. Tan mal lo vio Víctor Fernández que sus dos primeros relevos fueron los mediocentros titulares. Salvó a Medunjanin confiando en su golpeo a pelota parada, pero el Dépor sufrió un tormento, incapaz de frenar a los Bueno, Kakuta y Aquino, lanzados por Trashorras.

Reconstrucción en el medio

Tampoco lo acompañó la suerte a los coruñeses. Fariña se las ingenió para fabricar una ocasión. apareció por el pico derecho del área, se fue de dos rivales y chutó con cierta timidez. Rechazó Cristian Álvarez con el cuerpo la mejor ocasión local, y poco después Luisinho perdía la pelota de manera absurda ante Aquino. El extremo se coló por la derecha y le regaló la segunda asitencia a Bueno.El 1-2 pesó tanto como las piernas poco frescas de un Dépor justo de preparación en lo físico y en lo intangible. Cavaleiro relevó a Toché y el equipo de Víctor Fernández se reordenó con Bergantiños y Medunjanin en el eje. No fue nada claro su fútbol pero lo puso todo para cazar el empate. Laure casi lo encontró tras una lucha de fe imposible con Lass y 40 metros de carrera.

Jémez replegó con Baptistão por Manucho y con Morcillo en lugar de Bueno. Perdió referencias el Rayo y además adelantó a Z´Castro a una posición de centrocampista en la que no lució y se cargó de tarjeta. Insua tuvo dos buenos remates de cabeza que envió altos antes que un mal despeje de Cristian Álvarez al pelotaz a la olla de Bergantiños cayera en pies de Medunjanin. El bosnio chutó y Abdoulaye Ba se tiró como el segundo portero de su equipo. Las manos permitieron a Cuenca salvar un punto en el 94. Ahora llega el parón liguero, el Dépor espera que también aterricen fichajes y seguir apuntalando un proyecto demasiado frágil a pesar de sus buenas hechuras.

2 - Deportivo: Lux; Laure, Lopo, Insua, Canella; Juan Domínguez (Álex Bergantiños, min.64); Isaac Cuenca, José Rodríguez (Luisinho, min.62), Medunjanin, Fariña; y Toché.

2 - Rayo Vallecano: Cristian Álvarez; Tito, Zé Castro, Ba, Quini; Trashorras, Raúl Baena; Aquino, Bueno (Morcillo, min.85), Kakuta (Lass, min.75); y Manucho (Baptistão, min.58).

Goles: 1-0, min.7: José Rodríguez. 1-1, min.40: Alberto Bueno. 1-2, min.73: Bueno. 2-2, min.95: Cuenca, de penalti.

Árbitro: González González, del colegio castellano-leonés. Mostró amarilla a Lopo (min.27), José Rodríguez (min.37), Insua (min.45) y Laure (min.83), por parte del Deportivo; y a Quini (min.37) y Tito (min.52), Raúl Baena (min.84), Zé Castro (min.89), Trashorras (min.90) y Ba (min.93), por parte del Rayo.