El equipo coruñés potencia las virtudes de su actual plantilla para festejar en Riazor el primer triunfo
29 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Sin despistes, que el domingo el fútbol de Primera vuelve a Riazor. La cuenta atrás para acabar de diseñar la plantilla no puede distraer al deportivismo del objetivo único de la temporada: sostenerse en Primera División. Con fichajes, o sin ellos, el equipo coruñés dispondrá pasado mañana (21.00 horas, Canal+ Liga y GolT) contra el Rayo de la segunda oportunidad para estrenar su casillero de puntos, borrar las dudas tras la mala pretemporada y derrotar a un rival directo por la permanencia. Estas son cinco razones para creer en este Dépor.
Entrenamientos
La necesaria mejoría física y táctica
Bien mirado, esta se destaca como la tercera semana de entrenamientos con cierta continuidad para el Dépor. En este período únicamente ha contado con la exigencia de tres partidos en liza: el amistoso de Ponferrada, el estreno liguero contra el Granada y el inminente partido frente al Rayo. El cuerpo técnico está aprovechando el tiempo para implantar el nuevo estilo de juego y aclarar las dudas de sus futbolistas. La rotura del exigente ritmo de pretemporada y la ausencia de más partidos que los del fin de semana han mejorado el estado físico general que, a pesar de todo, podría recibir una nueva carga de trabajo durante la próxima semana sin competiciones.
Riazor
El soplo de aire de la afición, el jugador número doce
El Dépor regresa a Riazor, donde esta pretemporada ofreció sus mejores minutos. Solo cabe recordar la explosión de Fariña en el Teresa Herrera, con aquellos dos goles que valieron el pase a la final, o el propio duelo contra el Sporting de Gijón, en el que los coruñeses acabaron por levantar el trofeo. En la temporada del regreso a Primera el apoyo de la afición se revela decisivo para sellar la permanencia. Los problemas que el equipo sufrió la temporada pasada en su estadio se convierten en un acicate más para convertir Riazor en un fortín.
Enfermería
La baja Insua, el único contratiempo serio
La lesión del central, justo en una posición en la que la plantilla está en precario, se revela como el único varapalo de importancia en las últimas semanas, si bien el defensa no está descartado para este domingo. Es cierto que Lucas Pérez y Salomão siguen en la enfermería, pero los demás integrantes del centro del campo y el ataque, posiciones clave en la filosofía del nuevo entrenador, han podido ejercitarse con continuidad gracias a la aclimatación de jugadores que serán clave en la nueva temporada. Son los casos de Medunjanin, llamado a llevar la batuta del equipo, pero que reconoció cuando llegó que estaba por debajo de su rendimiento y en Granada apenas jugó los últimos minutos, así como Cuenca, también suplente en la primera jornada, pero del que se espera que marque diferencias en la recién estrenada temporada.
Talismán
Víctor Fernández, invicto en el debut como local de sus equipos
El entrenador deportivista se revela como un seguro de puntos cuando se estrena en su nuevo estadio. Así, antes de estrenarse en Riazor habrá ocupado los banquillos de La Romareda (en dos etapas), el Heliodoro Rodríguez tinerfeño, Balaídos y el Benito Villamarín bético (en otras dos), así como los del Oporto y el Gent belga. Las ocho veces en que se sentó por primera vez ante sus aficionados no perdió, con cuatro victorias y cuatro empates. Así, en el Zaragoza 90-91 ganó por 2-0 al Betis; en el Tenerife 97-98 y en el Celta 98-99 empató sin goles contra el mismo adversario, el Dépor; en el Betis 02-03 derrotó al Barça por 3-0; en el Oporto 04-05 empató con el Leiria (1-1); en su segunda etapa en el Zaragoza venció por 3-0 al Espanyol y cuando en la 09-10 volvió al Betis empató con el Hércules (1-1); y con el Gent venció por 2-1 al Mechelen.
Adversario
El Rayo, un rival de juego más alegre y combinativo que el Granada
El campeonato ha sorprendido al Dépor en plena puesta a punto física. La semana en Colombia privó a los técnicos de un tiempo muy valioso para dotar de más carga de trabajo a sus futbolistas, que llegaron a los albores de la Liga con las baterías muy justas para enfrentarse a un rival que precisamente destaca por sus virtudes físicas, como el Granada de Caparrós. En la segunda parte de Los Cármenes el equipo de Víctor Fernández decayó y retrasó sus líneas en buena medida por ese inferior momento de forma. Ahora, en cambio, no se tiene que notar tanto esa diferencia. Por un lado, gracias a que el Dépor se ha fortalecido, pero también porque el rival, el Rayo, presume de un juego más combinativo y al ataque, que exigirá a los deportivistas en otros términos, sobre todo en cuanto a un alto grado de concentración defensiva.