El pecado del paso atrás

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Los integrantes del primer once del Dépor posan antes del duelo.
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El Dépor cedió muy pronto el control del juego tras adelantarse en el marcador

24 ago 2014 . Actualizado a las 20:23 h.

Durante veinte minutos, el Dépor prometió alegrías en su retorno a Primera. Después demostró que aún está a medio hacer y que aunque la propuesta tenga buena pinta, faltan fuelle y mimbres para desarrollarla.

De más a menos

Superados físicamente

La presión adelantada del Deportivo empezó a dar resultados de inmediato y provocó continuas pérdidas de balón en el Granada,. El impresionante trabajo de la primera línea blanquiazul se tradujo además en gol, tras un robo del inagotable Fariña. El tanto, sin embargo amilanó a los coruñeses que cedieron terreno en el último tramo de la primera parte para no recuperarlo hasta casi el final del choque. El paso atrás fue excesivo y encorajinó a los locales, convirtiendo la remontada en cuestión de tiempo.

Rigor defensivo

Continuas faltas tácticas

La defensa era a priori la zona más débil del Dépor, pero el sacrificio colectivo consiguió minimizar las ocasiones claras del Granada. Mientras el equipo se mantuvo estirado, Insua y Lopo se centraron en marcar de cerca a Machís y El Arabi impidiendo que les cogieran la espalda. No dudaron en emplearse con dureza para evitar que los atacantes locales pudieran darse la vuelta tras recibir. Las faltas tácticas se propagaron por todo el campo, cortando de inmediato cualquier intento de combinar por parte de ambos equipos. Rochina fue durante muchos minutos el único que consiguió llevar peligro, mediante acciones individuales.

Centro del campo

Juan Domínguez al mando

Aunque Víctor Fernández había ensayado esta semana con un trivote formado por Juan Domínguez, José Rodríguez y Medunjanin, al final repitió el dibujo predominante durante la pretemporada y solo alistó a los dos primeros en la medular. Y si durante los amistosos el protagonista había sido el alicantino, ayer fue el naronés el que dio un paso al frente para recuperar el mando. Puso la pausa en la conducción y estuvo además muy activo interrumpiendo el juego del rival. Sin embargo, acabó superado en fuerza y número. Avanzado el segundo tiempo, el míster quiso recuperar el control de la pelota recurriendo a Medunjanin, pero el 2-1 atrincheró a los de Caparrós, cerrando las vías de pase a un Dépor exhausto.

Falta de fluidez

Fariña, por todas partes

Como ya era costumbre la pasada campaña, los coruñeses llevaron mucho más peligro por su banda izquierda que por la derecha, donde Cavaleiro se obcecó en exceso en acciones individuales sin apenas apoyos. Luisinho, mientras tanto, se vio favorecido por los desplazamientos en horizontal de Fariña. El argentino apareció por todas partes, pero demostró que se siente más cómodo cuando se arrima a la siniestra. Fue el gran recurso a la hora de romper las líneas de presión del rival, aunque eso también le convirtió en objetivo de continuas faltas. Acabó fundido, como el resto del equipo.