Avanzada la década de los sesenta, el fútbol gallego estaba representado por tres equipos en Primera: Celta, Deportivo y Pontevedra, pero en el fútbol siempre se quiere más y surgió la idea de ir a por un cuarto equipo gallego en la División de Honor. Ese aspirante saltó en Ferrol, donde Sánchez Dopico había impulsado al Racing con fuerza y lo del ascenso se tomó en serio. Se celebró una reunión en Xubia, con asistencia de los dos promotores que fueron los presidentes racinguista y pontevedrés. El Racing, porque verse en Primera era un sueño, y el Pontevedra no veía claro que durara el «¡Hai que roelo!». Aquella reunión no tuvo una segunda sesión porque en el fútbol nadie quiere ver fuertes a sus rivales y, aún menos, cerca.
Ahora que se espera la coincidencia en Primera de celtistas y deportivistas me viene al recuerdo algo que contaba muy serio Sánchez Pizjuan, presidente que fue del Sevilla. También en Andalucía intentaron aumentar el número de equipos en Primera y el mencionado presidente echó abajo el proyecto con estas palabras: «No quiere más equipos andaluces en Primera. El Sevilla juega en Córdoba y allí acuden miles de seguidores sevillistas que abarrotan un tren especial y docenas de autocares? Pero perdemos por 1-0, en mi casa no para de sonar el teléfono a lo largo de la noche, poniéndome a caldo y llamándome de todo? Si perdemos en Balaídos o en Riazor, el sevillismo me dirá en la calle: "¡Presidente, el domingo tenemos que ganar!". Como presidente del Sevilla, les digo a ustedes que el enemigo más próximo lo quiero de Despeñaperros para arriba?»
Hay que celebrar que el fútbol de una Comunidad cuente con más de un equipo en Primera. Los partidarios de uno y otro equipo no piensan lo mismo, y lo demuestran cada vez que llega la ocasión?