Pirlo sugiere que los jugadores del Deportivo iban dopados en el «Milanazo»

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El jugador italiano sigue dolido diez años después y acusa sin pruebas a un conjunto blanquiazul muy superior en ese partido

15 abr 2014 . Actualizado a las 16:36 h.

Diez años después del antológico partido en el que el Deportivo eliminó por 4-0 al Milan en Riazor, Pirlo, centrocampista por aquel entonces del conjunto italiano, sugiere en su autobiografía que los jugadores blanquiazules podrían estar bajo la influencia de algún tipo de droga o sustancia dopante.

Pero Pirlo no tiene evidencias de tal acusación, simplemente es un «pensamiento desagradable» que se le pasa por la cabeza cada vez que recuerda lo sucedido en la vuelta de aquella eliminatoria de Liga de Campeones en la que el conjunto coruñés mostró un rendimiento superior sobre un conjunto que creía que ya tenía todo hecho. Pero ese Eurodépor ya había mirado antes de tú a tú a otros grandes de Europa como el Bayern de Múnich, el Manchester United o el París Saint Germain, algo que para The Guardian no pasó inadvertido al elegir dos partidos de la escuadra blanquiazul entre los diez mejores de la Champions.

«Lo imposible se hizo realidad. Nos olvidamos de jugar y el partido terminó 4-0 para ellos. Nuestros rivales iban a mil kilómetros por hora, incluso los que tenían mayor edad y que nunca habían destacado por combinar la velocidad con la resistencia», explica el futbolista de la Juventus.

Pero tras el 4-1 de la ida, el Milan llegó a Riazor pensando que tenían la eliminatoria resuelta. Y se encontró sobre el césped a un equipo y una ciudad que creían en sí mismos y que querían hacer historia ante un grande de Europa.

Irureta había marcado el objetivo de romper la defensa del conjunto de Ancelotti en la primera mitad. Y se hizo con nota. Los goles de Pandiani, Valerón y Luque antes del descanso provocaron una euforia en los jugadores que abandonaron corriendo el terreno de juego a la espera de que comenzara la segunda parte.

Su actitud sorprendió a Pirlo. «Cuando el árbitro, Urs Meier, hizo sonar su silbato en el descanso se fueron corriendo hacia el túnel de vestuario como si fueran Usain Bolt. No eran capaces de estar quietos», narra el jugador en su biografía. Pero no era para menos. Con el 3-0 el Deportivo estaba clasificado para semifinales de la Liga de Campeones por primera vez en su historia y solo faltaban 45 minutos para terminar de cerrar la gesta. Los jugadores con Irureta al mando decidieron asegurar el resultado a base de posesión en el medio campo y una presión axfisiante. En la segunda parte, Fran fue el encargado de marcar el 4-0 definitivo.

El Milan se marchó de Riazor humillado y Pirlo, diez años después, sigue dándole vueltas a qué les falló ese día. «Tal vez no he podido recuperarme de esa impotencia. Los jugadores del Dépor iban como posesos, galopando hacia un objetivo que solo ellos podían ver. Nosotros nos quedamos completamente ciegos y abrumados», esgrimió Pirlo.