El juez vuelve a advertir a Lendoiro que su actitud pone en peligro al Deportivo
TORRE DE MARATHÓN
Le recrimina que tras generar una deuda de 156 millones actúa «como si nada hubiera pasado»
23 jul 2013 . Actualizado a las 17:37 h.La paciencia del juez parece agotarse para con Lendoiro. Rafael García Pérez volvió a insistir en que la actitud del consejo de administración que preside Lendoiro en el concurso del Deportivo está poniendo en peligro la viabilidad de la entidad.
En un auto en el que mantiene su decisión anterior de retirar las facultades políticas al consejo de administración, el juez acusa a los rectores de la entidad de no actuar con la celeridad que la situación exige, no adoptar medidas para reconducir la situación, haber acumulado una deuda de 156 millones de euros y actuar como si nada hubiera pasado, pretender que los acreedores paguen los costes de su mala gestión, comprometer con demasiada alegría el patrimonio del Deportivo, negar la realidad, no adaptarse a la situación actual y, en definitiva, vivir por encima de sus posibilidades y comprometer el futuro del club.
Rafael García Pérez entiende que el club podría entrar en liquidación por la inactividad mostrada por Lendoiro al frente del consejo de administración del Deportivo y por eso le insta, una vez más, asuma sus responsabilidades y deje de derivarla hacia la administración concursal y hacia el propio tribunal.
«Uno de los principales problemas con el que este Tribunal se ha venido topando en este concurso, a pesar de que se le ha explicado en varias ocasiones, es que la concursada no percibe la urgencia de la situación. Declarado el concurso hace ya seis meses, no se ha apreciado ningún avance en las negociaciones con los acreedores o en la reestructuración de las filiales (...) No se ha hecho nada para atajar la preocupante situación de la sociedad con respecto a sus sociedades participadas», expresa el juez en el punto tercero del auto.
Tras criticar que no asume responsabilidad alguna, recuerda que la deuda de 156 millones la generaron Lendoiro y su equipo de trabajo y que no puede actuar como si nada: «Es obvio que si una sociedad está en concurso, los más elementales principios de la gestión empresarial obligan a llevar a cabo una reestructuración y reorganización. Si se han acumulado deudas por más de ciento cincuenta millones de euros no puede pretender la concursada permanecer igual, como si nada pasase, sin ningún tipo de reorganización o reestructuración. A no ser, claro está, que se pretenda que los costes los paguen los acreedores».
Considera que el único afán del presidente es que se levanten embargos para mantener la situación, reconoce que el derecho de prenda es demasiado exigente con el deudor, pero le da un toque de atención: «Esta protección [se refiere a la que proporciona la prenda] probablemente hipertrofiada de los acreedores con privilegio especial es algo que hay que tener en cuenta antes de comprometer el patrimonio de la entidad constituyendo garantías reales. Si luego no se puede disponer del dinero, no debería culparse a los acreedores, ni a la administración concursal ni al juez que aplica la ley».
Por último, insiste en que la directiva «pretende atravesar el concurso sin realizar modificaciones importantes que aseguren la viabilidad de la sociedad. Lo inquietante es que mientras se preocupa por mantener su actividad de la manera en que se venía realizando, nos acercamos peligrosamente a una situación en la que esa actividad puede llegar a cesar, precisamente por no saber adaptar la estructura empresarial y los gastos y llegar a soluciones consensuadas con los acreedores», subraya el juez.