El presidente ha puesto en peligro la viabilidad, la permanencia, la paz social y el prestigio del club
12 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Lendoiro se vanagloria de llevar 25 años en el club. Y exhibe su pasado para justificar su permanencia al frente de Deportivo. Lo cierto es que el presidente ha llevado a la entidad a un serio peligro de desaparición, amenazada en todos los frentes: económico, deportivo y social. El equipo está en la UCI y si no reacciona rápido en apenas unas semanas estaría en estado terminal. El club está en la ruina absoluta, con una deuda reconocida de 93 millones, atravesando un proceso concursal en el que se corre riesgo, incluso, de liquidación. Y la afición ha dado síntomas como nunca lo hizo de estar harta de un modo de gestionar nocivo para un club centenario al que ha metido en un lío de enorme calado y del que será tremendamente difícil salir.
Amenaza de liquidación
La gestión de Lendoiro ha metido al club en un difícil proceso concursal
Con 93 millones de deuda reconocida y con el embargo de Hacienda de todos los ingresos, Lendoiro se vio obligado a solicitar concurso de acreedores. La tardanza en esta solicitud ha complicado gravemente la situación de la entidad, que tiene un problema tremendo. Mediapro no paga y según la administración concursal, en caso de no hacerlo, el club no podrá continuar con su actividad y se verá obligada a la liquidación.
Amenaza de descenso
El equipo está a seis puntos de la salvación con un grupo roto y tres entrenadores en un año
La gestión deportiva de Lendoiro también ha sido nefasta. Vendió como un gran logro el apoyo del empresario Jorge Mendes para confeccionar la plantilla. Los resultados saltan a la vista, con un equipo en el que militan una serie de futbolistas sin categoría para Primera División. El apoyo de Mendes al Deportivo ha sido envenenado. La plantilla no ha cobrado y aunque siempre ha mostrado esfuerzo en el campo, según han manifestado algunos futbolistas sí que se han descentrado un tanto con esta situación. La mala planificación de Lendoiro en lo deportivo tiene al club en una delicadísima situación. La última bala a la desesperada es la contratación de Fernando Vázquez, tercer entrenador de esta temporada, al que le corresponderá afrontar un reto de gigantes.
Amenaza de crispación
Los incidentes del pasado sábado ante el Granada no tienen precedentes
La paz social del Dépor se acabó. La afición dijo basta tras el cero a tres ante el Granada. Los gritos de «Lendoiro dimisión» han puesto de relieve que se acabó el cheque en blanco al presidente. Y eso que días antes, la Federación de peñas emitió un comunicado que focalizaba todas las culpas en la plantilla, sin mencionar una sola vez al máximo dirigente del club. Si no vuelven pronto las victorias, los próximos meses prometen ser durísimos. Si algo ha tenido el Deportivo en los últimos años es un gran respaldo social, que Lendoiro ha puesto en peligro.
Amenaza de desprestigio
La imagen del club se está deteriorando
El Deportivo ha sido un club querido en todo el Estado. Siempre cayó simpático y fue vitoreado cuando hizo frente a los gigantes del fútbol español y europeo. Ahora, solo se habla del Deportivo por desastres sobre el césped y temas extradeportivos. De cara al futuro, costará mucho esfuerzo devolver a la entidad la imagen de seriedad que se labró en cien años de historia. Los impagos de Lendoiro, su gestión marrullera y el conflicto permanente pasarán tarde o temprano una factura al club difícil de cuantificar.