El Deportivo cae ante Osasuna y vuelve a ser colista

TORRE DE MARATHÓN

Jesús Diges

El equipo coruñés se queda sin ideas al encontrarse por detrás en el marcador y perdona sus escasas ocasiones

21 ene 2013 . Actualizado a las 19:15 h.

Osasuna traspasó el farolillo rojo al Deportivo en un duelo dramático del que el equipo coruñés sacó el consuelo menor de no perder el golaveraje particular con un rival directo. Lo salvó Camuñas en el tiempo añadido después de que Nélson Oliveira fallase dos manos a manos con el portero local. Fue en el segundo tiempo, cuando el Dépor reaccionó tras los pobres argumentos del primero y se lanzó con todo ante el abismo del 2-0 de Osasuna, que desactivó el plan de contención del equipo blanquiazul, explotó la debilidad de Silvio y, finalmente, la inocencia de la zaga coruñesa en el segundo tanto.

El plan de Domingos Paciência se encontró con su peor pesadilla. Abrazado a la austeridad, a la brega y sacrificando a los jugadores de más talento en la zona ancha del campo, no era difícil de imaginar que el panorama se le pondría demasiado cuesta arriba con el marcador en contra, algo de lo que había huido en sus dos primeros partidos. Osasuna expuso ese defecto estructural en el andamiaje del nuevo Dépor, en un duelo que no enamoró por su fútbol, jugado en el límite de la supervivencia para ambos equipos. La pelota fue un pinball en medio de Dépor y Osasuna, con Cejudo como el habilidoso de la máquina del millón capaz de guiar la bola a los recovecos más escondidos.

Lo hizo con la connivencia de Silvio. El sustituto de Evaldo no hizo olvidar al brasileño. Por su costado llegaron las acciones de más peligro de Osasuna. Escapó a una amonestación al poco de iniciar el juego. Cejudo chutó a un palmo de la escuadra a los 3 minutos tras aprovecharse de la frialdad del luso, y obligó a Aranzubía a parar otro disparo a la media hora. Por el pasillo del lateral zurdo entró Armenteros en fuera de juego para asistir a Kike Sola, que marcó el 1-0 en postura complicada. Salvó Aythami ante Nino y Kike Sola, una de ellas tras un grave error en el pase de Zé Castro.

Lamentó el Dépor la posición adelantada de Armenteros y pudo exigir más castigo al planchazo de Damiá sobre Manuel Pablo. Pero no antepuso argumentos futbolísticos para reclamar mayor injsuticia en el marcador. Preparado para la brega en el centro del campo, con Paulo Assunçao sobrio en el toque pero sin mayor peso, se encontró con un rival que lo desarmó con una sencilla táctica: saltarse el centro del campo. Osasuna no tuvo intención de elaborar y buscó el balón largo y las bandas. Adelantó su línea defensiva y expuso al fuera de juego a Riki. Ahí Andre Santos ni ayudó ni creó ni dio , perdió su función en el once y el Dépor volvió a sus antiguos defectos.

Sin hacer nada del otro mundo Osasuna se fue con ventaja ante un Deportivo que sólo chutó una vez a puerta en el primer tiempo y tuvo en los amagos de cablgadas de Riki su único catálogo. Quiso reactivarse en el segundo tiempo cuando Paciência tardó unos minutos en añadir a Nélson Oliveira por André. Encontró el Dépor a Bruno Gama y a Pizzi en acciones sin rematador. Pero entonces llegó el 2-0 en una jugada de tremenda inocencia: una falta en la frontal del área coruñesa que Lolo sacó con picardía y Nino no perdonó ante la pasividad de la zaga del Dépor.

Al borde del abismo, colista con la derrota y a punto de perder el golaveraje particular con Osasuna, el Dépor tiró de Camuñas, Nélson Oliveira y Valerón. El delantero portugués tuvo las dos ocasiones de meter al equipo en el partido y de paso reivindicarse. Zé Castro primero y un error de la zaga de Osasuna después le dejaron solo ante Andrés. Falló Nélson en ambas ocasiones, presa de la ansiedad y falto de confianza, lejos de la calidad y exuberancia de su gol a precisamente Osasuna unos meses antes.

Los errores de Oliveira adquirieron un cariz más dramático cuando Camuñas, tras un centro de Pizzi, empujó el 2-1 en el tiempo añadido. Incluso Pizzi pateó con violencia una falta directa que estuvo cerca de colarse tras dar en la barrera. Fue el canto de cisne del pobre Dépor visto en Pamplona, porque ni siquiera la reaparición de Valerón en el último cuarto de hora dio aire al equipo. Se lo insufló más Álex Bergantiños, también un síntoma de por dónde va el juego del Dépor, que debe rearmarse en su fe para salir del pozo.

Osasuna: Andrés; Marc Bertrán, Rubén, Arribas, Damiá; Lolo, Puñal, Cejudo (Llorente, min.60), Armenteros; Nino (Loé, min.82) y Kike Sola (De las Cuevas, min.75).

Deportivo: Aranzubía; Manuel Pablo, Aythami, Zé Castro, Silvio; Paulo Assunçao, Álex Bergantiños, André Santos (Oliveira, min.54), Bruno Gama (Camuñas, min.70), Pizzi; Riki (Valerón, min.80).

Goles: 1-0, min.26, Kike Sola. 2-0, min.60, Nino. 2-1, min.92, Camuñas.

Árbitro: Pérez Lasa (C. Vasco). Amonestó a Marc Bertrán (min.15), Damiá (min.32), Puñal (min.36), Arribas (min.91) y Rubén (min.93), por parte de Osasuna, y a André Santos (min.47), por parte del Deportivo.