Pocas noticias de los hombres de Mendes tras 17 jornadas de Liga disputadas

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

24 dic 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

En la lista negra en cuanto a aportación, bien por lesiones, bien por decisiones técnicas, figuran varios de los futbolistas que llegaron al Deportivo entre la temporada pasada y esta apadrinados por Jorge Mendes. Y es que de los siete jugadores que el portugués tiene en las filas del equipo blanquiazul, solo Pizzi y Bruno Gama están rindiendo a un nivel aceptable. El resto, unos en mayor medida que otros, están por explotar.

Es el caso de Nelson Oliveira y Salomão. El delantero, eterno suplente de Riki, ha disputado 12 partidos, pero su presencia en el campo se ha limitado a apenas 347 minutos. Marcó dos goles, uno de bellísima factura, y demostró que tiene cualidades. Buen desmarque, potencia y colocación, tiro... Pero aparenta ser demasiado irregular.

Por su parte, André Santos llegó este verano con la vitola de ser un gran futbolista, internacional portugués, pero apenas ha entrado en los planes de Oltra más que para realizar alguna sustitución en los últimos minutos. De hecho, suma 62 en los 6 encuentros que ha disputado. Muchas veces, además, no ha ido ni convocado.

Roderick y Tiago Pinto

Es el caso de Roderick y Tiago Pinto, los dos grandes fiascos hasta el momento en lo que a los hombres de Mendes se refiere. Ninguno de los dos ha contado con la confianza del técnico, que solo los ha utilizado cuando las lesiones y sanciones no le dejaron otro remedio.

Y los pocos minutos que jugaron tampoco supieron aprovecharlos. Sobre todo Roderick, ya que Tiago Pinto pasó más inadvertido en el encuentro que disputó, en La Romareda, aunque cometió un penalti de juvenil.

En cuanto al central, en ningún momento ha dado muestras de ser futbolista de Primera División, al menos, para jugar con una línea de cuatro. Ha exhibido un buen toque y desplazamiento del balón, pero en el aspecto defensivo, que es el que precisa el equipo, ha sido un calvario para sus compañeros. Fuera de sitio en muchas ocasiones, la hinchada tiembla cuando un balón se aproxima a él por alto. Su reacción suele ser mirar cómo cae el esférico y el delantero que tiene cerca remata. Una acción que se ha repetido varias veces.