El Lugo no despertó a tiempo

DEPORTES

SERGIO REYES ROBLEDO

Los rojiblancos fueron incapaces de reaccionar ante el tanto de un Rayo Majadahonda que llevó las riendas del choque

10 sep 2018 . Actualizado a las 22:39 h.

El arreón final a base de casta y coraje del Lugo en los últimos 15 minutos de su partido ante el Rayo Majadahonda fue insuficiente para que consiguieran regresar con algo positivo de su primera visita al Wanda Metropolitano.

Los visitantes tardaron en exceso en entrar en el partido y regalaron más de 30 minutos a los madrileños, que mantenían la posesión del balón con tranquilidad e inquietaban la portería local, sobre todo por parte de un activo Ruibal, que en apenas diez minutos ya avisó en dos ocasiones de su peligrosidad a los zagueros visitantes.

El gol de Aitor García, tras una pérdida de balón y darle demasiadas facilidades la defensa para disparar a portería, sirvió para despertar a los lucenses, que probaban a Basilio con un remate de Juan Carlos. Un lanzamiento de falta de Pita en el descuento de la primera parte que se fue al lado del poste fue lo más productivo de los de Javi López en unos 45 minutos bastante insulsos.

En la reanudación todo indicaba que algo más tenían que hacer los rojiblancos para poner en apuros a su rival, pero los primeros compases fueron una continuidad de la primera mitad con protagonismo de nuevo para Ruibal al que solo un acertado Juan Carlos fue capaz de impedir que lograra un nuevo gol en un nuevo despiste de sus compañeros de retaguardia.

Cambio de delanteros

Javi López determinó que había que agitar el avispero y cambió a sus dos hombres de ataque, Jona y Dongou, por los otros dos puntas que tenía en el banquillo, Herrera y Escriche. La sangre fresca hizo que cambiara la decoración del partido y así el canario ya avisaba en el minuto 75 con un remate que se fue alto.

En el tramo final por fin los visitantes decidieron ir a por todas y embotellaron a su rival en campo propio. La consecuencia fue una nueva falta que lanzó Pita al borde del área y que obligó al portero rival a realizar una buena parada y un balón que quedó suelto a un metro de la línea de gol al que Juan Carlos no llegó por milímetros.

Los intentos desesperados de los rojiblancos, incluso con Juan Carlos subiendo a rematar en el tramo final para buscar un tanto salvador, fueron infructuosos y el L ugo terminó cediendo ante la atenta mirada de Zidane, que ayer fue a ver a su hijo Enzo. El astro francés puede estar satisfecho del juego de su vástago, aunque seguro que no disfrutó de un partido bastante gris, sobre todo de los visitantes.