«Dame un abrazo y disculpa a mi padre»

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Un niño de diez años pide perdón al árbitro por la amenazas que profería su padre desde la grada

23 feb 2018 . Actualizado a las 20:14 h.

No es un momento sencillo para los árbitros y en el vecino Portugal, un pequeño se ha convertido en un icono frente a la violencia y agresividad que muchos padres trasladan a los terrenos en los que juegan los menores. Los hechos, que han salido ahora a la luz por la confesión del colegiado, se remontan al pasado 20 de enero, en un partido entre el Moura AC y el Despertar SC, conjuntos de la comarca de Beja, al sur del país. Los niños que participaban en el encuentro eran menores de diez años.

Transcurrido un cuarto de hora, el trencilla Edgar Ramos decide suspender el partido debido al comportamiento especialmente agresivo que estaba teniendo el padre de uno de los pequeños, jugador del Despertar, desde la grada. «Este hombre estaba amenazando y perturbando el partido, frente a esta situación y como no había presencia policial, decidí pararlo», reconoce este viernes en el diario deportivo luso A Bola el colegiado del partido. En ese momento, el hijo del individuo, Martim Venancio, se dirigió al árbitro y le pidió si le podía dar un abrazo. 

«Le dije enseguida que sí y él me respondió 'señor árbitro, le pido disculpas por el mal comportamiento de mi padre'», se lee en el acta del árbitro publicada por la Asociación de Fútbol de Beja. Para recompensar el gesto del niño, el árbitro decidió atribuirle una tarjeta blanca, lanzada por la Federación Portuguesa de Fútbol para promover el 'fair play' en todas las categorías hasta los 14 años.

Edgar Ramos, que lleva en el arbitraje dos décadas, admite que no olvidará «jamás» el comportamiento del futbolista. «Me aporta la motivación para seguir ejerciendo esta función», admite. Después de una ovación del público al niño, el partido pudo seguir. El padre continuó siguiendo el partido en una esquina de la grada, avergonzado por lo que había ocurrido.