Villar renuncia a sus cargos en FIFA y UEFA, pero se aferra a la federación

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

DEPORTES

Atlas

Soluciona sus apuros en el exterior y deja al fútbol español en un aprieto

28 jul 2017 . Actualizado a las 01:06 h.

Villar, en la cárcel desde el día 20, presentó su dimisión como vicepresidente de la UEFA y miembro del comité ejecutivo del máximo organismo europeo. En consecuencia, el presidente de la Federación Española de Fútbol, suspendido durante un año, también renunció a su cargo de vicepresidente sénior de la FIFA, ya que el puesto en la institución internacional estaba emparejado al que ostentaba hasta ahora en la UEFA.

En cambio, Villar, que permanece en la cárcel sin fianza junto a su hijo Gorka y su número dos, Juan Padrón, no presentó su renuncia a la presidencia de la Federación Española de Fútbol, pese a que está siendo investigado por delitos como corrupción entre particulares, apropiación indebida, administración desleal, falsedad documental y alzamiento de bienes. Delitos, presuntamente cometidos en el desarrollo de sus funciones como presidente de la federación española, cargo al que accedió en 1988.

Villar «ya no tendrá ninguna función oficial» en los organismos que rigen el fútbol europeo y mundial. «Teniendo en cuenta los procedimientos judiciales en curso en España, no tenemos más comentarios que hacer sobre este asunto», apuntó el presidente de la UEFAAleksander Ceferin, que agradeció a Villar «sus muchos años de servicio al fútbol europeo (en el ejecutivo desde 1992 y en una de las vicepresidencia desde 2002)».

Villar, sin embargo, aprovechando la tibieza mostrada desde el ministerio de Educación, Cultura y Deportes, de Íñigo Méndez de Vigo, no ha dimitido como presidente de la federación y tampoco tiene intención de hacerlo. De esta forma, en una doble decisión que suena a pacto con los organismos que presiden el fútbol mundial antes de que estos opten por inhabilitarlo, soluciona las posibles sanciones en el exterior, pero deja al fútbol español en un aprieto. Suspendido en España, dimite en el extranjero, y mantiene la federación en una complicada situación, con un presidente interino y una asamblea villarista y en la que una parte importante de sus integrantes deberán pasar por la Audiencia Nacional como imputados.