Galicia lidera una generación de oro

m. v. f. VIGO / LA VOZ

DEPORTES

Paula Ginzo y María Araújo, MVP del torneo, se proclaman campeona de Europa sub-20 con un equipo que ha hecho historia

18 jul 2017 . Actualizado a las 13:11 h.

Todo el mundo les pregunta si fue «tan fácil como parecía por la tele», confiesan la viguesa María Araújo y la ourensana Paula Ginzo. Su respuesta es un «no» rotundo. Las dos gallegas de la selección española sub-20 de baloncesto se proclamaron campeonas de Europa con el equipo el domingo cumpliendo los pronósticos. Ambas aseguran que aun sabiéndose favoritas, siempre tuvieron los pies en el suelo. Pese a ser una generación que llegaba a este final de la etapa de formación habiéndose acostumbrado a ganarlo todo.

«Ahora, según pasan las horas, es cuando empezamos a darnos cuenta de que ganamos el campeonato de Europa. Mientras estás allí, jugando entre amigas a lo que te gusta, no eres tan consciente», revela la jugadora del Uni Ferrol, que fue elegida, además, la MVP del torneo. Eso aún le cuesta todavía más asimilarlo. «Es un premio que no me esperaba, porque hay gente de mucha calidad tanto en mi equipo como en el resto. ¡Es un orgullo tremendo!», exclama.

Además, para Araújo es la guinda a una temporada sobresaliente en la que ha sido una de las revelaciones de la Liga femenina 1. «Sin duda, ha sido mi mejor temporada, un año muy completo también a nivel colectivo. Vengo de tener confianza todo el año en Ferrol y eso se refleja, porque llegar a una selección con confianza es vital», valora.

La viguesa cree que el secreto no está tanto en ser un equipo «con carácter y ambición» como en llevar muchos años compartiendo mil batallas. «Nos conocemos mucho, en mi caso llevo con algunas desde los diez años. El secreto es jugar como sabemos, porque somos un equipo en el que las doce jugadoras tienen calidad y pueden sumar».

La joven, que no quiere pensar en la absoluta porque «está muy lejos», sí se siente especialmente satisfecha por cerrar con un oro una etapa en la que su generación ya había ganado dos europeos, además de ser subcampeona mundial. «Al final del partido las sensaciones eran encontradas. Se juntaba una felicidad enorme con la tristeza de que era el último campeonato de formación, de vernos todas juntas en la cancha. Era un momento pletórico, pero esa lagrimita tonta te sale», confiesa.

Araújo, que va a seguir en Ferrol -«no dudé porque aquí estoy cómoda y tengo minutos, que es lo que una jugadora joven necesita»-, tiene un recuerdo para el Celta, donde se formó. «Es una etapa que se cerró, pero que en parte sigue abierta. Tengo contacto con entrenadores y jugadoras. Es bonito vernos crecer unos a otros y que la amistad siga». 

Paula, del Europeo al Mundial

Paula Ginzo, por su parte, viajó ayer a Italia para afrontar el Mundial sub-19. «Tengo roles diferentes en las dos, aquí tengo ganas de ayudar un poco más al equipo en la pista y quizá tenga que asumir un poco más de responsabilidad. Lo afronto con muchas ganas», señala. Y con el impulso de acabar de ganar el Europeo: «Si se hizo fácil entre comillas es porque curramos mucho en la concentración previa. Sufrimos para luego disfrutar. El momento en el que suena la bocina y eres campeona de Europa es una de las mejores sensaciones del mundo».