Tito Díaz: «Ni el Básquet Coruña fue mi primer equipo ni será el último»

José M. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

CESAR QUIAN

Dos semanas atrás le comunicaron que no seguiría en el Leyma. Lo ha asimilado, pero sigue sin comprenderlo

15 jun 2017 . Actualizado a las 03:11 h.

Tras cuatro años al frente del banquillo del Básquet Coruña, a Tito Díaz (Lugo, 1957) le comunicaron hace un par de semanas que el club había decidido comenzar un nuevo ciclo, ya sin el técnico gallego, en buena parte responsable de la reconciliación del baloncesto coruñés con este deporte. Una decisión que el propio club reconoció como arriesgada y el técnico como inesperada.

-Ya han pasado trece días desde que se confesara desconcertado y triste, ¿cómo está ahora?

-Mucho mejor. El tiempo ayuda. Es cierto que la decisión me sorprendió. Yo tenía en la cabeza seguir y entendía que había margen para ello, pero respeto la decisión. Soy entrenador y como decimos tantas veces, como las derrotas o las victorias, hay que pensar en el siguiente partido. Ni el Básquet Coruña fue mi primer equipo ni será el último. Es un proceso normal en un entrenador.

-¿Y es capaz de explicar por qué no sigue?

-No, no puedo. En A Coruña me sentí muy querido, por la afición, por la prensa, por la directiva... pero no hay que darle vueltas a lo que no puedes controlar. No entro a valorarlo, porque desde mi punto de vista todo iba bien... y uno piensa que lo que va bien no hay porque cambiarlo, pero...

-¿A qué se debió la ruptura?

-Estuve cuatro años en el Básquet Coruña y no se puede hablar de ruptura, no la hubo. Acabé contrato y el ellos piensan en otro proyecto. Están en su derecho.

-Quizá el desgaste de cuatro años intensos...

-Hay entrenadores que están muchos años y no hay problemas. Y pienso que si algo funciona no hay por qué tocarlo, pero cuatro años es una buena etapa. No sé, a veces es mejor cambiar, pero no creo que haya sido producto del desgaste. Para mí los cuatro años fueron positivos en todo, en mi relación con la afición, con la directiva, con la prensa. Por mi parte no hablaría de desgaste. En fin, cuando las cosas van bien...

-¿Guarda un cierto resentimiento?

-Por supuesto que no. Ni lo hubo ni lo hay. Una cosa es que a uno le sorprenda la decisión de no seguir contando conmigo y otra que haya algo de resentimiento. Siempre me sentí muy respetado y querido. Pensaba que todo iba bien y quería seguir. Resentimiento no, agradecimiento.

-Estropea este final los cuatro años en el Básquet Coruña.

-No, de ninguna manera. Cuatro años son mi mayor etapa seguida en un club como entrenador. Ha sido muy positivo, me siento partícipe del crecimiento del baloncesto en A Coruña, de que el Palacio poco a poco haya ido acumulando más gente... La valoración no puede ser otra cosa que muy positiva, dimos en los dos últimos años un paso adelante y salió bien, con una apuesta por el espectáculo. Me siento mucho mejor entrenador que cuando llegué, así que estoy muy agradecido al Básquet Coruña.

«La apuesta por el espectáculo salió bien» 

Cuatro temporadas y tres clasificaciones para los play off de ascenso, pero sobre todo dos temporadas en las que el Leyma apostó por un estilo atractivo para el espectador, un baloncesto en el que crecieron jugadores como Burjanadze, Sergio Olmos, Monaghan, Dagoberto Peña... 

-¿Ese tipo de baloncesto irá con usted o se quedará en esos años?

-Teníamos un presupuesto modesto, necesitábamos enganchar y apostamos por ese baloncesto. Yo creo que salió bien, estoy muy satisfecho. Posiblemente, aunque con matices porque dependerá donde vaya, ese estilo irá conmigo. Creo firmemente que el baloncesto debe ser así, para agradar a la gente.

-¿Eso es lo más gratificante de sus cuatro temporadas en A Coruña?

-Gratificante para mí y para la gente. Fue lo mejor que pudimos hacer, disfrutar más, tener clara la idea de juego, con ritmo, a toda la pista, con riesgo... Eso engancha. El baloncesto es para la gente.

-¿Debe insistir en esa vía el Básquet Coruña?

-Yo ya no estoy ahí y no debo opinar. La decisión será del que llegue. Continúan Charlie Uzal, Gus, Iria... ellos lo han vivido y de alguna manera yo continuo a través de ellos. Lo normal es aprovechar lo bueno, pero insisto, eso le corresponde al que llegue.

-Nunca ha entrenado fuera de Galicia, ¿ha llegado el momento?

-Puede ser. Soy y quiero seguir siendo entrenador, y más ahora que creo que conozco mejor la LEB. Si puedo, me gustaría seguir entrenando. Es cierto que antes no quería salir de Galicia, pero en este momento no me importaría. Lo que quiero es seguir entrenando, ese es mi objetivo.

-¿Y el futuro, ya está en contacto con equipos?

-Es pronto aún. Igual el Básquet Coruña no es el único equipo que cambia de entrenador... Toca esperar.

-¿Y la ACB?

-No es fácil. Me gustaría, pero a través de un ascenso. Como jugador ascendí con el Breogán y jugué varios años. Me gustaría que fuera igual como entrenador, ese es el mejor camino, pero no me obsesiona. Lo importante es ser feliz entrenando y eso es lo que quiero, sea en ACB, en la LEB o en Liga Femenina.

-No ha estado lejos del ascenso.

-El año pasado estuvimos cerca. Y nadie sabe lo que podría haber ocurrido este si hubiéramos tenido a Dagoberto Peña o a Justin.

-Ahora está libre para entrenar por el Breogán.

-El Breogán tiene entrenador. Tengo sentimientos muy cercanos hacia el Breogán, hacia lo que viví allí como jugador..., pero ni estoy obsesionado con la ACB ni con el Breo.