La final de las supersticiones

Rodrigo Errasti CARDIFF / COLPISA

DEPORTES

PIERRE-PHILIPPE MARCOU | AFP

El equipo con más Champions, que no gana nunca en año impar, frente al que más finales ha perdido

02 jun 2017 . Actualizado a las 15:51 h.

En Cardiff las casualidades cobran vida al punto de inquietar a los más supersticiosos. La primera es conocida, ya que ningún campeón ha podido revalidar título desde que la máxima competición pasó a llamarse Champions League. «Ojalá podamos entrar en la historia en este formato de Champions siendo el único equipo en ganar dos veces el campeonato de manera consecutiva», afirma Dani Carvajal. Después de que el Milan lo hiciese en la Copa de Europa (1989, 1990) hubo cuatro que pudieron hacerlo en este formato pero fracasaron. «Ganar la Champions dos años seguidos es muy complicado y ahora nosotros estamos a solo un partido de poderlo conseguirlo», recuerda Lucas Vázquez. El primero fue el Milan en 1995, pero fue derrotado en la prórroga por un Ajax que un año después cedería su trono a la Juventus en los penaltis. El propio club italiano intentó repetir título, pero fracasó ante el Borussia Dortmund. Pasaron diez años hasta que el Manchester United, tras vencer al Chelsea por penaltis en Moscú, optó a defender la corona, pero cedió ante el Barcelona en Roma (2-0). «No vamos a pensar en el gafe, sabemos lo que podemos hacer. Es una final y si la ganamos entraremos ahí», apunta Morata.

También llegó a finales de modo reciente la Juventus, que ha ganado el trofeo en dos ocasiones (1985 y 1996) pero ha perdido la final más veces que ningún otro club (seis, la última en el 2015 ante el Barça en Berlín). «Va a ser muy duro porque la Juve es un equipazo. Han ganado la Copa, la Serie A, y seguro que quieren terminar con esos malos recuerdos. Va a ser un partido muy duro, al 50 %. Es especial mi segunda final con el Madrid. Ojalá seamos el primer equipo en ganar dos», subraya Kroos.

Es curioso que la final se produzca en unas circunstancias similares a la de Ámsterdam de hace 19 años, cuando la Juventus accedió a la final tras eliminar al Mónaco. Desde que la Champions cambió de formato los blancos no se han llevado el trofeo en año impar pese a que han logrado cinco títulos. La séptima, precisamente ante la Juve, fue en 1998, la octava en París frente al Valencia fue en el 2000 y dos años más tarde se cerró el ciclo triunfal blanco con la novena en Glasgow ante el Leverkusen. «Es un dato que deberíamos valorar, pero el dato magnífico es estar en tres finales en cuatro años. Ojalá podamos volver a reivindicarnos y ser el único equipo en la historia que gana dos seguidas en este formato. (...) Hay que dejarse el alma. Obsesionarse no es bueno aunque sabemos que podemos hacer un doblete histórico», apunta Ramos.

Después de un tiempo de espera de 12 años alcanzó la final de Lisboa y se llevó la ansiada décima ante el Atlético en la prórroga, y por último repitió frente su vecino en los penaltis de San Siro en el 2016, cuando el Barcelona había hecho doblete. «No pasa por nuestra cabeza romper récords. Cada partido es distinto. No hay que pensar porque el Real Madrid haya ganado cinco finales o ellos las hayan perdido. No tiene nada que ver», sostiene Marcelo.

Los amantes de los números recuerdan que, mirando los precedentes con este formato, esta campaña le toca ganar el título a un club italiano. Si echamos la vista atrás, en el 2010 el Inter de Mourinho se impuso al Bayern en el Bernabéu, y siete años más atrás fue el Milan quien se llevó una final en los penaltis ante la Juventus, donde ya jugaba Buffon, en Old Trafford. Y en la 95-96 fue la propia Juve la ganadora frente al Ajax de Van Gaal. «Lo sabemos, pero independientemente de eso, para nosotros lo más importante es ganar el título. Estamos mentalizados para ganar el partido», afirma Keylor Navas, que estaba bajo palos en Milán. En la plantilla no creen en malos farios, ni siquiera un gallego como Lucas Vázquez. «Tenemos la oportunidad de hacer algo histórico como es el doblete Liga-Champions y estamos con muchas ganas. Llevar dos temporadas y poder conseguir dos Champions es algo increíble y ojalá podamos hacerlo realidad. Eso es lo más importante».

Cardiff puede completar la profecía de Sergio Ramos

En el Juventus Stadium de Turín se vio al Sergio Ramos más malhumorado de la campaña 2016-17. Fue el pasado 8 de octubre. Se convirtió en protagonista en la jugada del empate de Italia ante España, al cometer un penalti sobre Éder que supuso la igualada de De Rossi cuando el duelo agonizaba. Era su cuarto penalti, y sexta amarilla, en dos meses de competición, y él retó a aquellos que le culpaban. «Es riguroso. Se puede pitar. Es el típico penalti que se pita uno de 40. A mí, quizá por las últimas acciones, me tienen cogido por la matrícula (suma 22 rojas como madridista). Habrá que hacer algo por intentar cambiarlo. Estoy orgulloso del partido, no del penalti», apuntó Ramos, que aquel día reconoció sentir cierta envidia de la cultura deportiva italiana. «Los errores nos pueden pasar a todos, incluso a Buffon (que falló estrepitosamente en el 0-1 de Vitolo), que es un emblema para Italia y aquí le aplauden y en España le pitan. Aquí notas el respeto que hay por él. Se respira en cada paso que das. Esa es la diferencia. La envidia nos puede y aquí la admiración se ve por cada paso que vas dando. Ya lo he dicho, que disfruten los que tengan que rajar, porque con el tiempo, como ha pasado muchas veces antes, acabarán callados», vaticinó.

Desde aquel partido muchas cosas han cambiado para el madridista. Se lesionó tres días después en Shkoder y el parón le vino bien. Empezó con su recital de goles postreros con su club hasta alcanzar la decena, registro que nunca había alcanzado en una sola campaña. «Tengo un recuerdo muy especial de esos goles que he metido y están en la historia del Real Madrid. En los últimos partidos de Liga me han tapado hasta tres jugadores en los córneres», reconoce cuando se le pregunta por la opción de ser el primero que marca en tres finales de Champions League.

Bromeó sobre la opción de que haya que terminar en la fatídica tanda para resolver la final de Cardiff: «Si hay penaltis improvisaré, pero descarto el Panenka delante de un portero como Buffon». Lo agradecerán los corazones blancos, a los que quizá les toque sufrir de nuevo hasta el último momento. «Espero que sea una final apta para cardíacos, que no lleguemos a esos niveles de inquietud ni nerviosismo», dijo antes de recordar que vive el mejor momento del Real Madrid.