De cómo Alonso está conquistando América

José Luis Abadín

DEPORTES

Brian Spurlock | REUTERS

Tras dos años en la parte de atrás de la Fórmula 1, lastrado por un motor Honda ridículamente poco competitivo, se ve a un Fernando alegre ante este reto

23 may 2017 . Actualizado a las 17:43 h.

La presencia de Fernando Alonso en las 500 Millas de Indianápolis es la noticia de la que todos hablan. Va a ser el acontecimiento automovilístico del año y, probablemente, de los de mayor repercusión en la última década. Y todo, gracias a hacer algo diferente, que era típico hace décadas, pero que con los contratos tan cerrados de la Fórmula 1 era difícil de llevar a cabo. La jugada maestra de Zak Brown y del piloto asturiano es sublime. Ideal desde el punto de vista de mercadotecnica, y una decisión valiente y ambiciosa por parte del deportista español.

Y con las ganas e ilusión que tiene Fernando, hace que este proyecto sea algo muy serio. Tras dos años en la parte de atrás de la Fórmula 1, lastrado por un motor Honda ridículamente poco competitivo, se ve a un Fernando alegre ante este reto. En menos de 20 días ha hecho un Master Acelerado sobre Conducir en Óvalos. Viendo su destreza en los entrenamientos, de cómo rueda en grupo, como busca los rebufos y la gestión de los adelantamientos y el tráfico, a como traza cada curva en una línea perfecta y constante, te das cuenta de su grandeza, de cómo es un piloto de los de época. 

El cómo se clasificó para el Fast 9 fue increíble. Pero sus cuatro vueltas el domingo en la segunda clasificación, sublimes. Todavía tiene margen Alonso, pero teniendo incluso un motor nuevo (el cual necesita un ajuste previo que no tuvo) no hizo que titubeara, cada vuelta fue una línea perfecta, por el sitio, cerca del muro en la salida de cada curva e incluso con una línea en recta de meta distinta a lo tradicional en Indy. Está buscando como rascar cada kilómetro por hora y es impresionante su capacidad de adaptación y aprendizaje. Un fuera de serie. No llegó a los limites a los que llego Takuma Sato, por ejemplo, quien salió tocando el muro clasificando, siendo fiel a su estilo de ataque máximo, pero el asturiano fue mejorando cada una de sus cuatro vueltas excepto la última, donde bajó un poco el ritmo, aun así el promedio es buenísimo y se queda a un kilómetro y medio por hora de la pole más rápida de los últimos quince años en el óvalo. 

La pole fue velocidad pura, los coches completamente descargados de gasolina y de ala, buscan la velocidad máxima. Ya vimos cómo llegan al límite con el accidente de Seb Bourdais, que afortunadamente salió con vida de un horrendo choque en la clasificatoria previa, por un reflejo innato de los pilotos de circuito de contravolantear al perder la trasera.

Ahora quedan ya solo unos cuantos entrenamientos en Indianápolis enfocados en trabajar la puesta a punto para la carrera, donde los rebufos lo son todo y la configuración de los coches cambia mucho. Y viendo cómo ha rendido Fernando en estas dos semanas, estoy convencido de que, problemas externos aparte, llegará a la bandera blanca que marca la última vuelta de carrera con la opción de ser campeón, De todos modos Indy son 200 vueltas, 500 millas donde puede pasar de todo.

¡Que llegue cuanto antes el fin de semana, por favor! 

José Luis Abadín es piloto gallego de automovilismo

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