«Enseño a pasar, a tirar y a correr»

josé m. fernández

DEPORTES

Miguel Ángel Ortega debutó con 27 años en un banquillo ACB; con 55, ha firmado un triplete inédito con el Perfumerías Avenida

23 may 2017 . Actualizado a las 09:25 h.

Decidió hacerse entrenador de baloncesto porque se dio cuenta de que como jugador no tenía demasiado futuro. La adopción como gallego de Miguel Ángel Ortega (Hospitalet, 1962) llegó un poco más tarde, a principios de los ochenta, cuando el servicio militar le llevó, primero, a Figueirido, y después a A Coruña. «Nunca había estado en Galicia. Venía en el tren y me desperté en Monforte, miré por la ventana, un día espectacular, sol, verde... me enamoré de esta tierra». Pocos meses después llamaba a su padre y le decía: «Olvídate, si puedo me quedo aquí». Y se quedó. Bosco, cantera del Oar y debut con el primer equipo en la ACB con apenas 27 años. Después, una amplia trayectoria por el baloncesto arousano, Celso Míguez de Pontevedra, Gestibérica de Vigo, Ibiza, La Seu, Burgos, Girona y Perfumerías Avenida, lo que, quizá por primera vez en una trayectoria profesional de más de treinta años, quizá implica la necesidad de ganar.

-Para algunos un triplete con el Perfumerías es una obligación.

-Ganar siempre es difícil, aunque seas el mejor. Nunca se había conseguido. El que se dedica a esto sabe todo lo que necesitas para sacar rendimiento y conseguir éxitos. Hemos tenido la suerte de tener un buen equipo, buenas jugadoras y la humildad como grupo para hacer grandes esfuerzos. Y eso no es fácil, nunca lo es.

-La temporada pasada empezó en el banquillo del Girona, ganó la Supercopa al Perfumerías, y la acabó conquistando la Liga en Salamanca frente al Girona... ¿esto es serio?

-Si es curioso, claro. Cuando hay diferencias de criterio, opinión o idea lo mas honesto es irse. ¿Enturbia el deporte eso? El problema siempre es lo que se intuye desde fuera, pero no pasa nada, simplemente hay una manera distinta de entender cómo hacer las cosas. Cada uno coge un camino y aparece Avenida, hay química y hemos tenido la suerte de conseguir objetivos.

-¿Qué queda del Ortega que se estrenó en la ACB con 27 años?

-Jamás pensé que me iban a dar el equipo. Me quedé frío cuando me llamó Juan Fernández. Creí que iba a echarme una bronca... Fue muy transparente; me dijo, no tenemos dinero ni a nadie que puede hacerse cargo del equipo, así que te toca. Agradecí mucho la confianza, pero deportivamente era un niño, me gustaba entrenar y disfrutaba, pero tenía más un perfil formativo que competitivo. Ahora tengo la madurez para saber que si me dan un equipo tengo que trabajar y entrenar para sacar objetivos. Entonces no la tenía, mi baloncesto era transmitir fundamentos, enseñar a leer el juego.

-Baloncesto de formación, ACB, femenino, LEB ... ¿qué le queda por hacer?

-Ahora, por la edad y por mi madurez, hago algo que me llena a satisfacción, puedo dedicarme a trabajar, a formar y a competir. Jamás pensé que podría hacerlo.

-¿Por qué?

-Tengo la tranquilidad. Hago las cosas fundamentales y esenciales del juego. Puedo dedicarme a lo esencial y a competir, algo que creo que me acerca a la esencia del baloncesto. Puedo estar con Silvia Domínguez y enseñar, dedico mucho tiempo a desarrollar acciones técnicas con espíritu formativo. Voy a entrenar con un bagaje que da tranquilidad y confianza ante los demás.

-¿Y usted se ve distinto?

-No, creo que soy la misma persona... a lo mejor he cambiado, pero pienso que soy el mismo. Eso sí, puedo hacer cosas que en otros momentos no podía hacer, trabajo cosas que me gustan y que considero esenciales, algo que antes a lo mejor no podía. Ahora, en Salamanca, todos estamos muy reforzados y eso nos permite trabajar con mucha confianza.

-¿Y por dónde pasa su futuro?

-Este año hubo opciones fuera, en Rusia... Allí se paga mucho a las jugadoras, y es lógico que lo aprovechen. Para mi sería más complicado, estoy casado, tengo tres hijos... en términos económicos no serían tan grandes las diferencias. Trabajo en un buen sitio, tengo la familia más o menos cerca. Eso tiene un valor.

-¿Y volver al baloncesto masculino?

-Estoy contento y agradecido al baloncesto femenino. Y voy a seguir, pero lo cierto es que soy entrenador. Claro, yo quiero volver a entrenar masculino. Me veo preparado. Veo los partidos de mi amigo Tito en la LEB, y me da mucha envidia sana. ¿Encasillarme? No veo porqué, hacemos valoraciones por intuición, intuimos esto o lo otro, pero la realidad es que yo soy entrenador de baloncesto.

-Entonces, ¿no hay entrenadores de baloncesto femenino y de masculino?

-Los hay y es un error. Yo me considero un entrenador que enseña a pasar, a tirar y a correr, y eso puedo enseñárselo a un niño, a una niña, a un profesional o a una profesional.

-¿Catalán o gallego?

-Soy un apátrida (risas). En Cataluña soy catalán para tres amigos, y para el resto soy gallego. Aquí, soy gallego para casi todos y catalán para tres. No voy a renunciar a nada, pero estoy casado con una gallega, tengo tres hijos gallegos, vivo aquí, en Mera... me siento gallego.

En corto

-¿Qué coche conduce?

-Un pick up. Me gustan por lo prácticos que son.

-¿Lee?

-Sí, me gusta, pero más que leer me gusta escribir, cosas que yo pienso, reflexiones. Escribir me ayuda.

-¿Cristiano Ronaldo o Messi?

-Messi.

-Por sus inclinaciones culés...

-Por mi intuición, valoro el talento de Messi. Pero también valoro el esfuerzo que hace Cristiano. Como entrenador, siempre digo lo mismo en mi primera semana en un sitio... el talento viene de serie, pero uno debe de poner el esfuerzo. Y yo lo valoro.

-¿Phil Jackson o Aíto García?

-Aíto es un entrenador de referencia. De Jackson me gustan algunas cosas que ha hecho y dicho, pero tengo más información de Aíto.

-¿Y un jugador de baloncesto?

-Felipe Reyes, por lo que he visto y por lo que intuyo. Cuando empezó era más tosco. Rebotea, anota, tira de tres, anota tiros libres... una gran evolución, desde el esfuerzo hasta el talento.

-¿Una comida?

-Disfruto con un lacón con grelos. Lo descubrí con veintimuchos años. Fue en Vilalba y lo pidió José Luis Torrado. Pensé ‘esto antes de un partido’. Fue sensacional. Para mí un descubrimiento.

-¿Cine?

-Me apasiona, pero tiene que ser algo basado en la realidad.

-¿Y un vicio confesable?

-He dejado el tabaco y estoy dejando el café, así que tomar un vino con los amigos. Hablar, es un placer extraordinario. En Salamanca se lleva mucho. Es difícil que alguien me lo proponga y diga que no.