Tito Díaz: «Ahora es el turno del club»

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

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El entrenador del Básquet Coruña termina contrato tras un meritorio «play off» de ascenso, y espera un salto de calidad y la llamada del Leyma

18 may 2017 . Actualizado a las 12:41 h.

Directo como pocas personas vinculadas al deporte, Tito Díaz (Lugo, 1957) retrata su momento a pocas horas de cerrar su temporada y su contrato con el Básquet Coruña.

-¿Cómo se encuentra?

-Pues no me gusta perder. Todos los deportistas queremos ganar. En ese sentido, fastidiado, porque tuvimos opciones de pasar en el play off y, aunque ellos reaccionaron, también lo hicimos nosotros en el quinto partido. Fue muy bonito y disputado. Pero, por otro lado, si hago una reflexión más profunda, estoy satisfecho, porque fue una temporada difícil.

-¿Ese es el poso que le deja?

-Tras lo del año pasado, las expectativas eran muy altas. Los rivales ya estaban alerta contra nosotros. Tuvimos que ir a tope del primer al último día. Nos habíamos ganado el respeto. Y a mitad de temporada nos llevan a Dago, nuestro mejor jugador. Un palo. Pero el equipo se rehízo. Trajimos a Justin y justo antes del play off se enferma... Si analizas todos esos momentos, el balance es positivo. Estoy satisfecho y orgulloso de todo ese trabajo. Y, fríamente, los números son mejores que los del año pasado.

-¿Se siente cómodo en ese nivel de exigencia para el futuro?

-El año pasado fue un éxito jugar el play off, pero este año era el objetivo. El listón está alto, de modo que no jugar el play off puede ser considerado un fracaso. Por eso, ahora hay que crecer económicamente, para responder a las expectativas.

-¿Han llegado a su tope?

-Es probable. Llevamos dos años terminando quintos y sextos en la Liga regular y jugando play off contra equipos de primer nivel que nos superan mucho en presupuesto, al menos un peldaño o dos. Este año hemos respondido a eso. Pero hemos convertido en normalidad un hecho extraordinario.

-¿Es el turno del club ahora?

-Siempre lo es cuando termina la temporada. Nos acostumbramos a pelear el ascenso y esto tiene un peaje. Puede ser decepcionante si no consigues estar al nivel deportivo. Pero tiene que ser dentro de la disponibilidad económica del club. Que sea serio, pague en tiempo y forma, y cumpla con lo pactado ayuda a que salgan bien las cosas en lo deportivo. La clave estará en el equilibrio en lo deportivo y lo económico.

-Pero usted cree que ahora se exigirá un crecimiento económico.

-Para mantenernos en el nivel en el que estamos será necesario. Hasta ahora, el Leyma no ha crecido en presupuesto, pero sí en seriedad, pago de deudas, saneamiento, masa social, expectativas e interés. El paso siguiente es mantener ese nivel.

-¿A Coruña puede sostener ese crecimiento?

-A Coruña tiene capacidad de sostener a un club que opte al ascenso. Nuestro club es uno de los que más recursos privados genera, pero las instituciones no están a la altura (al contrario de lo que sucede en Lugo, Palencia...). Quizás la diferencia esté ahí. Nuestros directivos son los que más generan, pero hay un agravio comparativo en otros ámbitos, en lo que las instituciones aportan directa o indirectamente.

-¿Es necesario asumir que ese es el tope deportivo si el crecimiento económico no se consigue?

-Pero no hay que resignarse.

-¿Para usted es suficiente?

-Saber que vas a competir contra equipos que te doblan el presupuesto es bonito. Yo me planteo siempre retos distintos. Me gustaría entrenar a un equipo con más recursos, como los grandes de la Liga. Pero también me ilusiona plantarles cara con un presupuesto inferior. Solo que esta opción tiene un desgaste importante.

-¿Continuará si le ofrecen el mismo proyecto de continuidad que el pasado año?

-Pero es que esa continuidad estaba condicionada económicamente por el potencial del club. Espero el planteamiento del club. Me gusta su seriedad y la estabilidad emocional y económica que da. Este año me valió, y podía haber esperado a entrenar a otro equipo. Me ilusionó el proyecto, crecer un poco... solo que otros clubes crecieron más. Pero, bueno, lo primero es que me llamen, luego saber el proyecto y mi función y capacidad de decisión en él.

-¿Pero le valdría otra vez?

-Suponiendo que sea igual que el año pasado, tendría que pensármelo. Me gustaría seguir, pero le vendría muy bien al club más capacidad económica para formar un equipo lo más competitivo posible. Es difícil acertar cada año en jugadores no contrastados. Pero sobre todo quiero saber mi función, mi capacidad de maniobra. Si tengo un plan de juego y creo saber los jugadores adecuados para ello, saber que puedo decidir.

-¿Alguna vez no tuvo esa capacidad de decisión?

-No es que no la tuviese, es que el año pasado, cuando firmé, ya habían renovado a dos jugadores. Creo que el orden debería ser: primero, elegir al entrenador; segundo, establecer un modo de trabajo con él; y tercero, trabajar juntos. Quizás no se trate de aumentar el presupuesto, sino de generar más con el mismo presupuesto, repartirlo de otro modo. También tengo que decir que me siento muy respetado, valorado y querido en A Coruña, por el público y la directiva. Eso es muy importante y tiene valor.

-¿La cantera es una de los ámbitos de desarrollo?

-Bueno, que aparezcan jugadores de nivel LEB Oro no solo depende del club. El Leyma ha puesto los medios necesarios, buenos entrenadores y horas de entrenamiento. Estructuralmente, el club funciona bien. Se ha mejorado mucho. Pero a corto plazo no veo que vayan a salir jugadores de este nivel. Porque además del talento, depende de otros factores. Antes, los jóvenes que querían ser baloncestistas solo jugaban al baloncesto, que requiere mucho sacrificio. Ahora hacen muchas más actividades. Y, por otro lado, nosotros trajimos a Pablo Ferreiro, que siempre estaba dispuesto a entrenarse, porque los jugadores de A Coruña no podían entrenarse por la mañana, porque tenían clases...

-¿Cree que la afición aceptaría mantener la situación actual?

-Creo que seguiría apoyando. Este año tuvimos menos aficionados, pero más intensos y fieles. Pero el Leyma ha generado unas expectativas que ahora no hay que defraudar. No tiene por qué pasar, pero no por evitarlo se debe caer en gastar lo que no se tiene. Por eso, el papel de las instituciones es clave.