Los 100.000 motivos de Ricky Rubio para no jugar el último partido de la Liga

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

DEPORTES

CRAIG LASSIG | Efe

El base catalán de los Timberwolves vio desde el banquillo el cierre de la temporada para asegurarse un jugoso extra

13 abr 2017 . Actualizado a las 16:55 h.

La NBA está preocupada. En las últimas temporadas, varios equipos han decidido dar descanso a sus estrellas en partidos de la Liga regular, para que lleguen más frescos a la batalla de los play offs. Pero la dirección de la competición cree que se crea un perjuicio para los clientes (del pabellón y la televisión), a los que se priva de ver a sus ídolos (en ocasiones, por única vez en la temporada) por las rotaciones que en Europa se ven normales, pero en Estados Unidos no. Pero a Ricky Rubio esta polémica le queda un poco lejana. Sus Minnesota Timberwolves terminaron en la madrugada del miércoles su 13ª temporada consecutiva sin acceder a los play offs. Desde ya, el base del Masnou y el resto de sus compañeros están de vacaciones. Así que el hecho de que Rubio viese desde el banquillo el último partido de la Liga sin jugar un solo minuto difícilmente se puede explicar desde la óptica del descanso. 

El motivo es mucho más mundano. Y es que Ricky Rubio podía tener en mente la posibilidad de asegurarse que iba a cobrar una jugosa extra registrada en su contrato. Y la mejor manera de hacerlo era no jugar para no correr ningún riesgo en un partido totalmente intrascendente. Los TImberwolves cerraron su participación en la NBA en casa de los Houston Rockets. Sufrieron su derrota 51 en 82 partidos, 123-118 a manos de James Harden y los suyos. Rubio lo vio todo sentado en el banquillo, oficialmente sin jugar por decisión del entrenador. La razóne, en realidad, puede estar en su contrato.

Cuando Ricky Rubio firmó su nuevo contrato con los Minnesota Timberwolves (4 años por un total de 55 millones de dólares), incluyó una cláusula que le reportaría 100.000 dólares en caso de promediar un acierto de 40 % en tiros de campo. Era un buen señuelo por parte de su agente, dado el hecho de que Rubio (un pasador genial con una capacidad envidiada por el resto de la NBA) promedia un 37.5 % en su carrera. Pero resulta que Rubio (sobre todo después de superar el parón del All Star) ha registrado los mejores números anotadores desde su llegada a Estados Unidos, elevando su media de puntos a 11, con promedios espectaculares en marzo (17.8 puntos y 47 %) y abril (14 puntos pero con 32 %).

Rubio remontó su porcentaje de tiro hasta encarar el último partido de la Liga con un 40.2 %, apenas por encima de lo que necesitaba para llevarse 100.000 dólares extra. No las debía de tener todas consigo el base catalán. En sus últimos siete partidos, tuvo días nefastos (dos veces 1 de 10, 4 de 13 ante los Thunder, 2 de 7 ante Portland), ya cansado y desmotivado por un final de temporada decepcionante y también más vigilado por los rivales, avisados del gran momento de forma de Rubio y su nueva mentalidad anotadora. 

CRAIG LASSIG | Efe

Así que para asegurarse 100.000 dólares y no arriesgarse a fallar tiros de más (o hacer el paripé de no tirar a canasta), Rubio no jugó ante los Rockets y añadió un buen bocado a su nómina, que este año ya tenía un salario base de 12.7 millones de dólares. Además, Rubio se llevará otros 75.000 en bonus por superar el 82 % de acierto en tiros libres (acabó con un 89 %, el undécimo de toda la NBA).

Al igual que Rubio, el ala pívot de los Portland Trail Blazers, Mo Harkless, se jugaba algo más que la honra en el último partido de la liga regular: en juego, medio millón de dólares si acababa la temporada con un 35 % en triples. Antes del último partido, promediaba un 35.1%. Harkless jugó 22 minutos en el cierre de la Liga regular ante los Pelicans, anotó 11 puntos y no tiró ningún triple. Los Blazers perdieron pero Harkless se aseguró medio millón para añadir a su salario de 9 millones de dólares.