Un ángel de la guarda con mil ojos

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO NOIA / LA VOZ

DEPORTES

Carmela Queijeiro

Diez personas coordinan a 500 en un terreno lleno de corredoiras con más de 20.000 espectadores a la caza del mejor sitio

03 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La batería del móvil no puede apagarse en 15 horas. Cualquier llamada puede echar por tierra el trabajo de meses y el prestigio del Rali de Noia. La prueba acumula 33 años de experiencia en operativos de seguridad, y todo para garantizar el bienestar, o la evacuación por la razón que sea, de los pilotos. Pero también de los más de 20.000 espectadores que peregrinan por las cunetas de cada tramo. En total son 500 los ángeles custodios que la organización recluta entre Guardia Civil, Tráfico, agrupaciones de Protección Civil y aficionados.

Pepe Bayuca forma parte del equipo de diez personas que coordina el dispositivo. Fundador de la Escudería Berberecho, entidad organizadora. Maneja con destreza el coche que verifica la ubicación del público antes de cada tramo. «Algunos espectadores arriesgan demasiado, pero en general se portan bien», explica en compañía de Javier Lorenzo, que asume el papel de copiloto para, micrófono en mano, dispersar a los irresponsables a ritmo de sirena. Lo que más llama la atención a este profesional de las emergencias es la inconsciencia de algunos padres que, en compañía de sus hijos, se acercan más de la cuenta: «O peor é que crean escola», sentencia.

Una lotería

Moncho Vidal aporta su experiencia en otros eventos deportivos de peso. Él, además de recordarle a Pepe Bayuca que no corra demasiado, reconoce que, en líneas generales, la gente se comporta, aunque añade: «Basta que uno solo la líe para que se anule todo». Al otro lado de la emisora, o de la pantalla del móvil de cada uno, están varios cientos de personas listas para moverse de cruce, o para lo que surja. Y todo esto sabiendo que no podrán disfrutar realmente el rali, su máxima pasión.