El «jogo bonito» del siglo XXI

La Voz RÍO DE JANEIRO / DPA

DEPORTES

SEBASTIÃO MOREIRA | EFE

Brasil se convierte en el primer clasificado para el Mundial de Rusia 2018 de la mano del técnico Tite y con el liderazgo de Neymar

30 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Brasil es siempre un candidato para ganar el Mundial de fútbol, pero ahora también presenta su candidatura para Rusia 2018 de forma espectacular en el campo, superada definitivamente la crisis de los últimos años. Con el 3-0 del martes frente a Paraguay, el equipo dirigido por Tite lleva ocho victorias seguidas en las eliminatorias sudamericanas y se convirtió en el primer clasificado para el Mundial, además del anfitrión.

El regreso del jogo bonito, un Neymar liberado y nuevas figuras -Gabriel Jesus y Coutinho- hacen ahora soñar a los brasileños con levantar su sexta Copa del Mundo en Moscú. Siete meses bastaron para sacar al país do futebol de la depresión en la que estaba sumido tras el 7-1 contra Alemania en su Mundial y los malos resultados en las últimas ediciones de la Copa América

En el nuevo Brasil juega un papel decisivo Neymar. La gran estrella brasileña ha madurado con la selección y se siente feliz con su nuevo rol. Ante Paraguay, volvió a llevar por un partido la cinta de capitán a la que había renunciado tras los Juegos, hastiado de recibir críticas. Ahora brilla en la cancha contagiando a sus compañeros y forma una sociedad cada vez más letal con el mediapunta Coutinho, al que conoce desde los juveniles. Neymar ha retomado las relaciones con la prensa brasileña, a la que boicoteaba desde el año pasado, y se muestra de buen humor. «Pueden pegarme a su gusto», bromeó tras el partido contra Paraguay. «Dicen que es la única forma de pararme, ¿no? Ahora me voy a casa a que mi novia que cuide». Neymar sonríe de nuevo.

Fútbol ofensivo y moderno

Pero en Brasil apuntan como clave del cambio al seleccionador, Adenor Leonardo Bacchi,

Tite

. Ex técnico de un Corinthians al que sacó de la mediocridad para ganar una Copa Libertadores y un Mundial de clubes, solo la falta de visión de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) retrasó su llegada. Defensor de un fútbol ofensivo y moderno, Tite, de 55 años, cambió la cara a la selección que entrenaba Dunga, un técnico de la vieja guardia más abocado al trabajo defensivo.

Los fracasos suelen envenenar más de la cuenta el ambiente, pero a Dunga se le criticó su dureza para gestionar a la plantilla, un reproche que resuena más fuerte dado el contraste con Tite. «Dunga es un capataz, Tite es un profesor», dicen en el entorno de la selección. «Es un tipo genial», sostiene Neymar. Los jugadores alaban el trato de Tite, un hombre afable y de voz pausada, que en cada rueda de prensa parece impartir una lección de humildad y de respeto por los rivales.

Pero el técnico no solo ha devuelto a Brasil su identidad futbolística, sino que ha modernizado ese balompié tradicionalmente ofensivo a algo que parece ser un jogo bonito del siglo XXI. Tras brillar en sus primeros partidos atacando, la canarinha de Tite amplió su repertorio en noviembre cediendo por primera vez la pelota a la Argentina de Messi para fulminarla al contragolpe, con Neymar y Gabriel Jesus. «Guardiola, Klopp, Simeone», resumía O Globo. Fútbol atractivo y de toque, velocidad e intensidad, un sólido planteamiento defensivo: Brasil muestra sus cartas para Rusia.