Con insultos, no habrá partido

Iván Antelo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Gustavo Falqué, vicepresidente de la FGF.
Gustavo Falqué, vicepresidente de la FGF. Oscar Vazquez

La Federación Gallega propondrá en la próxima asamblea parar los encuentros en los que los padres se propasen y denunciarlos si persisten en su actitud

24 mar 2017 . Actualizado a las 13:19 h.

La Federación Gallega de Fútbol (FGF) propondrá en su próxima asamblea, en julio, un paquete de medidas para acabar con cualquier tipo de violencia en el fútbol, así como otras ya anticipadas hace unos meses dirigidas a poner fin a las goleadas en el fútbol base. En lo relacionado con las actitudes que algunos padres tienen en los campos de fútbol, la FGF ha diseñado un plan enfocado a reeducarlos o apartarlos si no se comportan durante el desarrollo del juego. «Tenemos que hacer algo, lo que no podemos es esperar a que esto se resuelva por sí solo. Son casos contados, pero muy feos. La gente del fútbol es tan educada, por lo general, como la del baloncesto o la de cualquier otro deporte. Porque son muchos miles de niños los que juegan cada fin de semana y no pasa nada. Lo que pasa es que con que solo se produzca un hecho, es muy grave, y tenemos que poner medios para que se solucione», explica Gustavo Falqué, vicepresidente de la FGF y máximo responsable del comité de fútbol base.

«Queremos conceder la potestad al árbitro para que pueda parar un partido, cuando considere que de una forma ostensible se está generando violencia verbal hacia su persona o hacia los niños que están disputando el encuentro. En un primer momento se hablará con los delegados de los dos equipos para poner al descubierto a ese individuo que no está actuando correctamente. Si eso no bastase, el club al que 'pertenece' le pediría que abandonase la instalación y, si no lo hiciese, se podría llamar a las fuerzas del orden público. Y en el último de los casos, si no quedase más remedio, se suspendería el partido», señala Falqué.

«Va a ser una medida pionera en España, en la que se pretende poner en evidencia a este grupo minúsculo de padres y así un domingo tras otro esperemos que se vaya corrigiendo este tema. En el caso de que se produjera una agresión se pararía el partido, se llamaría a la fuerza pública para que identificara a ese grupo de espectadores. Y sabemos que las leyes que hay, con Antiviolencia y demás, son muy duras. Igual que si viene la Policía y levanta atestado a cuatro o cinco padres que no quieren salir cuando han sido invitados a ello por los delegados. La multa que les puede caer no es pequeña... En cuanto a unos les caiga un buen paquete, los demás ya se lo pensarán más veces», agrega. 

La aprobación, en julio

Esta idea la viene trabajando la federación gallega desde mediados de noviembre, cuando reunió en Santiago a 25 de los clubes más representativos del fútbol base. «El Comité de Fútbol Base ya lo ha decidido, ahora solo tenemos que articularlo para presentarlo a la asamblea de julio y el fútbol gallego lo va a aprobar, sin duda ninguna. Y una vez que lo apruebe como ley, la temporada que viene lo aplicaremos a la competición», explica.

Con estas medidas, desde la FGF pretenden que no sucedan actos como los del pasado domingo, en un partido de infantiles de Baleares, en el que algunos padres de los jugadores de los dos equipos (Collerense y Alaró) intercambiaron golpes.