Alcoholismo o ataques de pánico fueron algunas de las secuelas tras quedar viudo con 36 años y tres hijos a su cargo
22 mar 2017 . Actualizado a las 18:27 h.Fue capitán de Inglaterra, uno de los mejores defensas ingleses en las últimas décadas y lo ganó todo con el Manchester United, pero al exjugador Rio Ferdinand la vida le sacudió en el 2015. Su mujer Rebecca Ellison fallecía entonces a los 35 años víctima de un cáncer, apenas diez semanas después de serle diagnosticada la enfermedad.
Ferdinand se quedaba viúdo a los 36 años y con tres hijos pequeños a su cargo. Dos años después del fallecimiento de su mujer, el exjugador relata ahora en un documental para la BBC el tremendo drama que vivió al verse a cargo de sus tres hijos tras la prematura muerte de su esposa: «Nadie puede estar preparado para algo así, ella me dijo antes de morir que sería un padre y una madre estupendo para los niños. Jamás pensé que pasaría algo así», rememora.
El exfutbolista revela las malas costumbres a las que siempre había estado acostumbrado como profesional y el choque con la realidad que hubo tras retirarse y tras la pérdida de su mujer: «Me daban todo hecho, mi equipación siempre estaba en la taquilla, cuando acababa la dejaba en el suelo y alguien la recogía. Cuando íbamos de vacaciones yo solo me preocupaba de hacer mi maleta, ella ya lo había preparado absolutamente todo».
El cuidado de sus hijos fue la parte más complicada y cuenta su incapacidad de hacerlo desde el principio, tras la ausencia de su mujer: «Pensaba que hiciera lo que hiciera nunca sería suficiente para ellos. Yo solía despertarme, vestirme, desayunar con ellos, y luego los llevaba al colegio y me iba a entrenar...Pero eso solo era la parte fácil. Ahora entiendo la importancia que tenía como madre. Nosotros los hombres somos ignorantes. Muchas mujeres cuidan de la familia y del hogar, y creemos que eso no es un trabajo. Es un trabajo muy duro», reflexiona.
Incluso, Ferdinand admite que llegó a refugiarse en el alcohol y llegó a necesitar ayuda psicológica: «Al principio bebía mucho por las noches después de acostar a los niños. Hasta que un día me desperté, y no era ni siquiera capaz de llevarles al colegio. Incluso tuve un accidente de coche, sufría ataques de pánico y me di cuenta que no podía seguir así, necesitaba ayuda, explica en el documental, bajo el nombre de Being Mum and Dad (Siendo madre y padre).