Roberto Domínguez niega la agresión a la delegada de la Federación de Boxeo Gemma Amoedo

La Voz VIGO / LA VOZ

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«Hay unas imágenes donde se ve cómo ella me escupe y me da un bofetón y lo único que yo hago es empujarla con la mano derecha para apartarla», defiende el exboxeador

21 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El exboxeador vigués Roberto Domínguez, acusado por la delegada de la zona sur de la Federación Galega de Boxeo, Gemma Amoedo, de haberla agredido en una velada el sábado en el pabellón de Bouzas, niega tajantemente los hechos. «No es que sea mi palabra contra la suya, es que hay unas imágenes donde se ve cómo ella me escupe y me da un bofetón y lo único que yo hago es empujarla con la mano derecha para apartarla. Apenas le toco», se defiende Domínguez, padre de uno de los púgiles que competían esa noche.

El supuesto agresor se muestra «indignado» y con la conciencia tranquila. «Si hubiera agresión yo estaría en la cárcel. Si no me detuvieron es porque había ese vídeo que doy gracias de que alguien estuviera grabándolo», valora. El desencuentro vino porque Domínguez pretendía asistir a su hijo, aquejado de una conmoción cerebral como consecuencia del combate. Amoedo le instó a abandonar la zona y se desencadenó el incidente.

Pero Domínguez va más allá y señala que no era la primera vez que ella intentaba agredirle. Asegura que es una persona «conflictiva y problemática» que ha llegado a obsesionarse con él. «Llevaba 30 años con su padre -Paco Amoedo, exentrenador de Domínguez que todavía lo es de su hijo-, que era como un padre para mí. La relación se ha roto por su culpa, pero entiendo que es lógico que se vaya a poner siempre del lado de su hija». Domínguez recalca que con su peso de 100 kilos y el de Gemma Amoedo, que calcula en unos 50, en caso de haberle dado un puñetazo «no habría estado dos horas en urgencias, sino que estaría en la uci» y él, «imputado por intento de homicidio». Dice que Amoedo le insultó y que se siente «perseguido».