La rivalidad de un derbi hace más grande a cada club. El Dépor y el Celta escribieron algunas de sus páginas más divertidas contra su rival preferido. La posibilidad de sentir el dolor de un fracaso agiganta las alegrías. En realidad, uno y otro ansían ahora gran parte de lo que tiene el otro, aunque en cada bando solo se reconozca con la boca pequeña. Riazor recupera ahora ese optimismo congénito que le proporcionaron los títulos, el horizonte de éxitos hacia el que quiere mirar el celtismo. Y en Vigo, a lomos de la cantera, se completó una reconstrucción ejemplar de un club hundido por las deudas, el camino deseado por el deportivismo.
Con Mel, el Dépor vive en un estado de excitación que le hace capaz de cualquier cosa. Más intenso, más valiente, más ganador y hasta más afortunado. Con un sello propio que sitúa el balón en el centro de todas sus decisiones, el Celta se sabe capaz de ganar hasta por inercia, casi como hizo en la primera vuelta. Caminos que llevan a la igualdad en Riazor.
El pique posterior al derbi comienza ahora ya antes de terminar el partido con un chorro de memes por las redes. El humor siempre ha sido la mejor arma para dirimir las rivalidades. Galicia tiene hoy una sociedad madura e interconectada, con vidas entrelazadas por el flujo que provoca la AP-9. Por eso debe quedar atrás la dialéctica de la confrontación para que O Noso Derbi, sin violencia, lo ganemos en realidad todos. Hasta la liga que viene.
El Fortuna vence en A Coruña
«Con una tarde deliciosa, se celebró el match entre los equipos Fortuna F.C., de Vigo, y Club Deportivo, de La Coruña» 1907