«Me expresé sobre los patines»

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La quinta clasificada del ránking mundial se retira de la competición tras una brillante trayectoria

27 feb 2017 . Actualizado a las 09:09 h.

Aida Vieites (A Coruña, 1987) es incapaz de contener la emoción. No es para menos. La entrevista se produce unas horas después de que anunciase su adiós al patinaje artístico de élite. Con su doble quinta plaza (Reus y Novara), la deportista del CPA Maxia es la gallega mejor clasificada en un Mundial. Sin embargo, el palmarés ocupa bien poco en sus palabras.

-¿Debo darle la enhorabuena?

-Pues supongo que sí. Me retiro contenta. No lo hago porque haya sucedido algo malo. Todo deportista debe afrontar el final de su etapa de competición y creo que, en mi caso, este es el mejor momento. Hice todo lo que pude en los tres Mundiales a los que acudí, fui a galas internacionales, conocí a campeones del mundo... Quizás me hubiese gustado llegar antes a internacional, pero fueron estos tres últimos años y no los cambio por nada.

-Disfrutó hasta el último instante.

-Siempre. Incluso con los niños, no solo con la élite. Para mí, patinar siempre fue un hobby con el que me podía expresar. Me expresé sobre los patines. Me dio satisfacciones progresivamente. Compitiendo disfruté mucho, pero en las galas me trataban súper bien.

-Usted también le dio mucho.

-Tiempo. Pero me gustaba. Conocer gente, viajar... al final era mi forma de vida. [Se emociona]

-Recibió toneladas de cariño.

-Cierto. Pero no siempre. Alguna confrontación hubo con gente externa, aunque fueron excepciones. Antepuse el patinaje al resto de las cosas y la mayoría de la gente supo comprenderme y apoyarme.

-¿Pero llegó a pasarlo mal?

-Nunca en cuanto a presión, pero es verdad que me presioné mucho antes del primer Mundial. Participar fue una liberación. Cuando me dieron la opción de ir.... sabes que eres capaz, pero también tienes la responsabilidad de tener que hacerlo bien. Eso me mataba. Y luego, ante algo importante, fallaba. Creo que psicológicamente no estaba preparada. Reus fue un punto de inflexión.

-¿Cómo lo superó?

-Competir, a veces, es muy difícil por eso. Pero confío mucho en mi entrenadora, Rosa García. Ella me animó a seguir, me apoyó. Me dijo: «Ya llegará». Y llegó. La convocatoria me dio confianza.

-No la imagino sin patines.

-Yo tampoco me veo sin ellos. No me alejo del patinaje. Pero la élite me exigía entrenar muchas horas, tengo un pie muy tocado con el que los fisios y yo hemos probado de todo y no recupera, y sé que me iba a presionar por no dar el nivel. Podría forzar, pero no quiero quedarme con esa espina. Sé que tengo que pasar por esto. Estoy emocionada, pero contenta. Nunca triste. [Emotivo silencio].

-¿Cómo deja el patinaje en Galicia?

-Con mucha materia prima por exprimir. Sin ir más lejos, mi club, el CPA Maxia, tiene una base muy grande, hay mucho talento.

-¿Ha cambiado mucho?

-La experiencia me hace ver que sí. Acudir a competiciones internacionales junto a Rosa nos hizo abrir la perspectiva.

-¿Es un hándicap progresar desde Galicia?

-Ya no es un problema estar tan lejos de los centros de decisión, porque ya se nos conoce.

-Gracias a lo conseguido por usted, entre otros factores.

-Antes hubo otros. Es importante no alejarse y no por haber llegado darlo todo por hecho. Seguiré estando ahí.

-¿Cuál es su primer recuerdo?

-Siempre quise hacer patinaje, porque mi prima Ángela patinaba y es un año mayor que yo, y yo quería patinar con ella. Tengo pocos recuerdos del colegio, ya son en el Maxia. El primer día que llegué al club, en la polideportiva de Riazor, todas me parecían buenísimas, unas fenómenas. Yo les tenía mucha admiración.

-¿Y el último?

-Supongo que el Mundial. Aunque nunca quise pensar ni decir que era el último, ya tenía el pie mal... Y al terminar, me dije: «Quizás ahora». Ahí lo empecé a meditar. Cuando acabamos, Rosa me empezó a comentar sus ideas para los discos para la temporada siguiente. Y le dije, «mira, creo que no». Y ella me contestó: «Tienes razón». [Vuelve a emocionarse].