Annus horribilis del Obradoiro

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

Alberto Corbacho se rompió el tendón rotuliano en la primera jornada.
Alberto Corbacho se rompió el tendón rotuliano en la primera jornada. SANDRA ALONSO

El conjunto santiagués atraviesa la peor racha de lesiones desde su regreso a la Liga Endesa

08 feb 2017 . Actualizado a las 19:35 h.

El Obradoiro es un constante desafío a la lógica, también en materia de lesiones. En esta temporada y en la anterior bajó la media de edad del equipo. De hecho, si antes de cada curso hubiese que realizar un estudio sobre el índice de riesgo de lesión, estaríamos hablando de las dos plantillas con mejor pronóstico. Pero los datos dicen que son las más castigadas, las que más percances suman, sobre todo la actual. Y cabe poner el acento en lo de percance, porque la mayoría son contratiempos relacionados con el infortunio.

Las pautas que sigue el colectivo en apartados como la prevención y la propiocepción son exactamente las mismas cada curso. Sin embargo, esta campaña el fisioterapeuta Tomas Richartz está más ocupado que nunca. Solo Corbacho, que se rompió el tendón rotuliano en la primera jornada, suma más de doscientas horas en la rehabilitación. Y es uno de los cinco jugadores que han tenido que parar, en el caso de Urtasun por partida doble, ahora por una fractura en un dedo. 

Dentro y fuera de guion

De todos esos incidentes, solo la rotura fibrilar de McConnell es de las que podrían entrar en el guion, en la cuota propia de la acumulación de minutos. Es una lesión muscular de las que hay tantas a lo largo de la temporada en casi todos los equipos. La de Llovet, también muscular y mucho más grave, fue desencadenada por una fuerte contusión. La de Urtasun, por un manotazo involuntario de Whittington en un entrenamiento. La de Matulionis, por un mal apoyo. Y la de Corbacho, muy poco frecuente, en un gesto de los que lleva miles a lo largo de su carrera.

Nacho Llovet se perdió el primer tercio de la Liga Endesa. Osvaldas Matulionis, que llegó como relevo temporal de Urtasun, reapareció el sábado ante el Manresa tras dos meses en el dique seco. Y McConnell estuvo tres semanas fuera de combate, en diciembre. A Txemi Urtasun, que tuvo que pasar por el quirófano el jueves, le queda por delante un mínimo de mes y medio. Y este contratiempo le sobrevino cuando empezaba a dejar atrás los problemas de rodilla que lo tuvieron fuera de combate gran parte de la primera vuelta.

En el caso de Corbacho, no hay un plazo estimado para la reaparición, si bien la evolución es positiva. Han transcurrido cuatro meses y ya queda atrás la etapa más aburrida y más frustrante para el jugador, la de trabajo en camilla, la más dolorosa.

Ya se le puede ver con los compañeros compartiendo la fase más suave del calentamiento, correr el campo de lado a lado botando el balón y realizar pequeños saltos. «Poco a poco va haciendo ejercicios parecidos a los que se encontrará en entrenamientos y partidos», explica el fisioterapeuta.

Moncho Fernández apenas ha podido trabajar con el plantel al completo esta temporada.