El portento del fondo que lee como nadie las carreras

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Miguel González Carballada confirma su progresión siendo el primer europeo, entre cuatro americanos, en el Cros de Edimburgo

09 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un portento del fondo viene en camino. Miguel González Carballada (Lugo, 1998) ha comenzado el 2017 del mismo modo que acabó el año anterior. Confirmando todo lo bueno que el atletismo gallego espera de él. En el cros de Edimburgo fue segundo, el primer europeo de la particular competición entre continentes, rodeado de tres americanos.

Ser subcampeón del mundo de cros escolar la temporada pasada en Budapest, campeón gallego de campo a través en categoría júnior y noveno en el Europeo de la categoría confirma la progresión de un atleta que casi nació en las pistas (es hijo del lucense Tito Margaride) pero que hasta edad juvenil compaginaba fútbol y atletismo, con más presencia del balompié. «Jugaba de mediocentro en el Lugo y luego competía en atletismo con el colegio (Franciscanos)», comenta Miguel González, que decidió centrarse en el atletismo «porque me gusta más y me permite viajar más».

Quizás esta dedicación tardía pudo restarle algún trabajo de base como comenta Mariano Castiñeira, su viejo entrenador, pero Miguel tiene un talento especial para el atletismo. Integrante de la nueva generación de oro, el lucense tiene la etiqueta del fondista por excelencia. Por unas condiciones físicas en la que prima la resistencia y también por su sabiduría táctica. El lucense siempre sabe qué hacer en cada momento de carrera, lo que le permite tener después un buen final. «La verdad es que habitualmente hago buenas lecturas de las carreras», reconocía ayer de regreso de Escocia contento con su actuación y con ser el primer europeo.

«Todavía es muy joven, pero yo lo veo en los 5.000 metros y en su día en el fondo fondo», comenta Castiñeira del que fuera su pupilo hasta el pasado verano, cuando decidió cambiar el Miño por la residencia Blume para proseguir sus estudios (ahora enfermería pero en un futuro se pasará a INEF) y centrarse en el mundo del atletismo, dejando a un lado el fútbol que también ha sido su compañero de viaje durante mucho tiempo. El gran objetivo, cumplir el sueño olímpico que persigue desde hace tiempo toda la familia con el 5.000 y los 10.000 como el doble campo en el que soñar. Juan del Campo y Berlanas guían sus pasos.

Una generación que debe marcar una nueva primavera en el atletismo gallego

Miguel González Carballada, Adrián Ben, Ivo Maseda y Tariku Novales. Podrían considerarse los cuatro tenores del fondo que viene en camino. Los cuatro son rivales y amigos desde hace años, pero cada uno tiene sus cualidades.

González Carballada es el fondo en estado puro, un atleta con unas condiciones casi iguales a los grandes que llevaron a Galicia al primer plano del foco internacional. Adrián Ben es el más conocido de todos ellos y a nivel de competición su primer escenario se puede situar en el 1.500 o en el 3.000 obstáculos, aunque ya ha demostrado sus dotes para moverse en todo tipo de frentes. Tariku también es un portento a nivel físico y quizás aun tenga pendiente la irrupción definitiva, situación que se repite con Ivo.

Los tres, unidos a los Saleta Fernández, Claudia Rojo y compañía dibujan un nuevo escenario en categoría júnior que debe confirmarse cuando llegue el momento de afrontar los torneos de categoría absoluta. A su favor juega que llevan tiempo siendo internacionales y adquiriendo una experiencia que les ayudará a dar el salto definitivo en su momento.

Porque en Edimburgo, además del segundo puesto de Miguel González, también había que computar el séptimo de Adrián Ben en la misma prueba júnior en donde los dos representaron al combinado europeo ante la armada americano y la selección de Gran Bretaña.

Con el cros acabado, la próxima reválida para casi todos ellos será la pista cubierta en categoría júnior antes de que llegue la temporada al aire libre.