El peor momento de Ricky Rubio en la NBA

M. P. R.

DEPORTES

Brace Hemmelgarn | Reuters

El base de los Timberwolves firma sus peores números en Estados Unidos. «Jugamos sin corazón, sin deseo», critica el catalán

10 dic 2016 . Actualizado a las 16:50 h.

Ricky Rubio ha perdido la sonrisa. El jugador más veterano, a sus 26 años, del quinteto inicial de los Minnesota Timberwolves, se ve abocado a una nueva temporada de más de 40 partidos perdidos, si todo sigue como ha empezado. Ni la llegada del nuevo entrenador y presidente del equipo Tom Thibodeau, ni la pujanza a los muy prometedores Andrew Wiggins, Karl-Anthony Towns y Zach LaVine han cambiado el panorama para los Wolves y Rubio, que además está firmando sus peores números desde que llegase a la NBA en el 2011. Desanimado, como pasó el verano tras la muerte de su madre víctima de un cáncer, al genio de El Masnou le cercan los rumores de traspaso. «Jugamos sin corazón, sin deseo», critica el catalán tras la derrota de su equipo en casa ante los Pistons (90-117), que provocó los abucheos de la afición local.

Rubio está promediando 6.6 puntos y tan sólo 6.4 asistencias. Sus porcentajes de tiro siguen siendo históricamente malos (36 % en general, 25 % desde la línea de tres), pero lo que más preocupa es el bajón en el número de pases de canasta, síntoma de que ya no arriesga en jugadas que antes llegaban a los resúmenes de lo mejor de la jornada, y también de un sistema de juego que descansa demasiado en el uno a uno de sus jóvenes estrellas. Ricky acabó la temporada pasada como el quinto mejor pasador de la NBA. También hay un bajón sensible en robos de balón, algo en lo que Rubio destacaba con una facilidad innata para percibir lo que el rival va a hacer con la pelota o dónde llegará un pase. Apenas registra 1.4 robos por partido, lejos de los 2.2 que promedia en su carrera. 

También juega algo menos, y quizás le salve que Kris Dunn (el novato elegido en el número 3 del pasado draft) aún está demasiado verde como para asumir responsabilidades en unos Timberwolves al que muchos señalaban como candidato al play off esta misma temporada si conseguían plasmar todo el potencial de su joven plantilla. Pero no lo han logrado por el momento. 

Y, ante los Pistons, tras la séptima derrota en los últimos ocho partidos, Rubio tuvo suficiente.  «Podemos aceptar que se cometan errores y no meter algunos tiros. Pero no jugar sin corazón, sin deseo, es horrible, eso no es bueno y ahora mismo, estamos mal», dijo el base tras escuchar los abucheos del público de Minnesota. «Lo más difícil de asumir es que damos la impresión a los aficionados como que parece que no nos importa. Era un partido que estaba a dos puntos, y de repente estaba a 25», agregó. «Podemos perder porque no hemos hecho las cosas bien. Pero esta noche todo fue mal. Mala defensa, mal ataque...» , abundó el catalán.

MONICA M. DAVEY | Efe

Por su parte, el entrenador Thibodeau reconoció que estaba «muy preocupado», pero todas las cosas estaban sobre la mesa, incluidos los cambios en la alineación titular, y trabajaría para corregir lo que sucede de cara al próximo partido que será nada menos que contra los Warriors de Golden State, el domingo. «Voy a seguir insistiendo», prometió Thibodeau. «Voy a mirar todo, volver a examinar, algo se está perdiendo, tiene que cambiar». 

El entrenador de los Timberwolves reiteró que «algo no está bien, tenemos que encontrar la respuesta a eso. No podemos elegir cuándo jugar duro. Eso tiene que ser una constante», agregó. Mientras, Ricky Rubio espera reencontrar su sonrisa y con ella, la del equipo de Minnesota, camino de su 13ª temporada sin meterse en play offs.