Nada de Messi ni de Cristiano

Ignacio Tylko MADRID / COLPISA

DEPORTES

JOSEP LAGO | AFP

Las estrellas del Barça y el Real Madrid apenas dejaron huella en el clásico

04 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Malas noticias para las estrellas cuando sus equipos se afanan más en replegar y cerrar espacios que en lanzarse a la ofensiva. El temor que evidenciaron en el Camp Nou los dos colosos del fútbol mundial se tradujo en enormes dificultades para Leo Messi y Cristiano Ronaldo, dos estrellas que disfrutan con espacios y se atribulan en los choques tan tácticos como el de ayer.

Las estadísticas dejan claro que pasaron desapercibidos en un clásico con más envoltorio que regalo. Messi cerró la tarde sin ningún tiro entre palos, 13 balones perdidos, seis recuperados, dos faltas cometidas y otras tantas recibidas. Parecidos a los números de CR7, que tampoco disparó al marco, erró en 12 pérdidas de balón, robó solo dos, fue objeto de una falta e hizo otra.

De inicio, Luis Enrique situó a su gran figura como falso ariete. Messi era su único jugador liberado a la hora de presionar, aunque no por ello dejó el astro rosarino de luchar por los balones divididos y de irse al suelo. Pero anduvo desorientado en esa demarcación. Se veía aislado porque no contactaba con Neymar, mucho menos con un apagado Luis Suárez, y tampoco se asociaba bien con Rakitic y André Gomes, muy por debajo del nivel que se espera de ellos.

Participó muy poco Messi en el anodino primer tiempo. Un par de balones bien aguantados, una falta muy bien provocada ante Modric, pero mal ejecutada, y otro tiro libre lanzado en semifallo a pierna cambiada. Un tanto desesperado, a la media hora comenzó a retrasar más su posición y a emplearse casi como un centrocampista. Sin Iniesta en el once, el 10 es, de largo, el que mejor mueve a los culés.

Cristiano, junto a Benzema, también fue el jugador de los blancos más liberado del trabajo defensivo, aunque no por ello el luso dejó de solidarizarse con Marcelo. Comenzó escorado a la izquierda, pero apareció mucho en posición de ariete. No destacó, pero asomó más que Messi. Protestó, percutió, arengó a sus compañeros y se las tuvo tiesas con Mascherano. Sus dos aproximaciones más peligrosas en el primer tiempo llegaron casi al final. Pero primero Piqué evitó que pudiera rematar a placer un centro de Benzema y después lanzó duro a las manos de Ter Stegen tras una buena arrancada.

Grave error del argentino

Se le puso de cine la segunda mitad a Messi cuando marcó su amigo Suárez, tras una acción a balón parado, y luego reapareció Iniesta. Entre el manchego, Busquets y Leo por momentos se vio ese rondo que caracterizó al gran Barça. Pero cometieron el error de gustarse mucho y de no matar a un Real Madrid herido y en el que Cristiano no asomaba porque no recibía balones. El argentino desperdició la ocasión más clara tras recibir de Iniesta el pase del partido. Avanzaba el choque y seguía la exigua victoria culé. Apareció al fin Cristiano para cabecear un centro muy pasado, pero despejó más que remató. No fue su día, ni el de Messi. Ramos acaparó el papel de estrella otra vez.