El camino de tierra se asfalta

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

El carralés afrontará el próximo año el Campeonato de España de ralis en R2 o en la Copa Suzuki

23 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó el momento para Antón Muíños (Carral, 1993). Mejor dicho, otro momento. Porque ya en su época de estudiante y tras haber progresado debidamente en el kárting, se impuso una decisión con respecto a su carrera automovilística. «Y entonces me estanqué de tal manera que abandoné la competición», recuerda con amargura el campeón gallego y subcampeón de España de kartcrós.

Ahora encara otro instante crítico en su trayectoria. Tras haberse convertido en el 2015 en el piloto más joven y que menos tiempo tardó en ganar el Campeonato de España en toda la historia, quiere aprender de las lecciones del pasado. El próximo año competirá en el Nacional de ralis de asfalto. Lo tiene claro.

Lo único que debe decidir antes de enero es en qué categoría participará, para adquirir el automóvil adecuado. Se debate entre dos opciones. R2, que requiere unos 90.000 euros de presupuesto, «pero que es donde se está generando la cantera en la actualidad», o la Copa Suzuki, más asequible económicamente y con premios monetarios y pilotos de alto nivel que no se pueden permitir desembolsos superiores «pero con fecha de caducidad», matiza Antón Muíños, que también debe elegir un copiloto.

«Mi intención es seguir aprendiendo y decidir sobre la marcha si completamos el campeonato entero o hacemos solo carreras sueltas, al tiempo que seguimos con el kartcrós para mantenernos en forma», avanza.

Muíños considera que ha tocado techo en el autocrós. «En los ralis siempre puedes seguir creciendo», resalta. «Y prefiero debutar directamente en el Nacional porque cuanto más te exijan, antes te pones las pilas», defiende. El carralés repasa su progresión: «Del karting aprendí la trazada, del autocrós la agresividad que debes mantener durante siete kilómetros y cuando corrí en Ferrol el Nacional de ralis el año pasado lo que me sorprendió no fue la velocidad ni la trazada, sino aprender a dosificarte durante un día entero de máxima presión, incluso en el enlace entre tramos».

El piloto sabe que tiene tarea por delante. «Me tengo que adaptar a esa filosofía de competición y a las notas, porque hasta ahora yo tomaba las decisiones solos y desde ahora seremos dos en el coche», admite.

Pensamientos íntimos

Participará con coche propio, pero sopesará la asistencia de Ares Racing. Entre tanto, insiste en lo acertado de su decisión. «Este año no di el salto a los ralis y el subcampeonato me supo a poco. El presupuesto condiciona, claro, y cuando todo sale de tu bolsillo se complica porque se lo quitas a tu vida personal. Piensas: ‘No vivo de esto, no doy el paso. Y mejoro en mi vida personal’. Pero pasa un año, no mejoraste, no diste el salto y estás desmotivado, te sientes vacío», argumenta.

«La mayoría me llaman loco por la inversión, pero hago lo que me gusta y me sacrifico a cambio de un disfrute», zanja.