La redención de los canteranos

Lorena García Calvo
LORENA GARCÍA CALVO VIGO / LA VOZ

DEPORTES

CESAR QUIAN

Iago Aspas marcó por partida doble, Hugo Mallo abrió la lata y Jonny centró el último tanto del derbi con más goles gallegos para el Celta desde 1955

24 oct 2016 . Actualizado a las 18:15 h.

El derbi no dejó más que buenas noticias en Vigo. Por los puntos, por las sensaciones y por los techos que rompió. Sirvió para que el Celta se reencontrase con la victoria en Liga, para que Iago Aspas se desquitase de su pelea con el gol frente al Deportivo, para que Hugo Mallo batiese su récord de dianas en una temporada y para que Jonny demostrase su nivel brutal. Ayer, ni los piques pasados ni los recuerdos agrios de otros derbis tuvieron cabida. Solo fútbol. Solo goles.

Han tenido que pasar casi dos décadas para volver a ver a un gallego marcando en el derbi para la cuenta del Celta. En concreto, diecinueve años desde que Vicente Álvarez batiera a los deportivistas en Balaídos en un partido con final 2-0. Quizás por eso la victoria de ayer todavía dejaba mejor sabor de boca en las filas célticas. Tres de los cuatro tantos que coreó la afición local fueron obra de chavales forjados en A Madroa y que viven con pasión los derbis desde mocosos. Y para encontrar un derbi en Balaídos con tres goles o más de gallegos hay que echar la vista atrás hasta el año 55, con Mauro (2) y Azpeitia marcando en el 4-1.

Cuando Hugo Mallo abrió la cuenta local estaba batiendo otro récord en clave personal, el de tantos anotados en una temporada. El lateral de Marín, tan trabajador como infatigable, no suele mostrarse como rematador, sin embargo esta Liga ya ha podido dedicarle dos goles a su hijo Luca. Marcó ante el Sporting y repitió ayer frente al Deportivo. Quizás de ahí que se riese al asegurar que «no marcaba tanto desde juveniles».

Mallo disfrutó de su tanto lo mismo que Aspas de los suyos. Desde que el moañés se enroló en el primer equipo no había sido capaz de marcar al eterno rival en partido oficial. Solo lo había logrado en el amistoso de Uruguay, y en su historial había más borrones -caso de su encontronazo con Marchena- que buenas actuaciones. Ayer se desquitó. Templó gaitas a pesar de su mano a mano con Albentosa, realizó trabajo sucio para su equipo y al final hizo valer los galones en el penalti. Nadie se lo discutió.

Celebración ante los visitantes

Aspas llevaba años esperando para marcarle al Deportivo, y lo logró. Tras derribar el muro desde los once metros, el segundo fue para disfrutarlo. Sergio se inventó la asistencia -primera de un portero esta Liga- y Aspas condujo y remató. Lo siguiente fue celebrar los tantos, y como la grada que le quedaba más a mano era la visitante, hacia allí se fue a besar el escudo, para enfado de la afición blanquiazul.

El derbi también sirvió para que Jonny hiciese gala de su velocidad y consistencia en el costado zurdo. Corrió una banda de la que fue dueño y señor.