Automatismos frente a dudas

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso Lois EL TERCER TIEMPO

DEPORTES

24 oct 2016 . Actualizado a las 15:14 h.

Durante gran parte del derbi, el Celta se permitió un alegre viaje en el tiempo. Regresó a su imagen de las temporadas anteriores, a ese juego de pocos toques, a su facilidad por encontrar espacios, a un fútbol alegre en el que los que más se divierten son los propios intérpretes. Es cierto que justo antes y después del descanso sus aristas de equipo refrescante se desdibujaron, pero solventó el derbi con empaque y goles. Enfrente se movió un Dépor sin identidad. Un equipo que, por una simple cuestión de tiempo, no puede tener los automatismos del Celta de Berizzo, pero que se convierte con frecuencia en un bloque espeso, sin confianza y, sobre todo, romo. Ni siquiera en sus mejores minutos pisó el área contraria con auténtica convicción. Todo lo que construía en las zonas menos comprometidas se diluía en cuanto llegaba a la línea de tres cuartos de campo.

La lógica búsqueda de Garitano del esquema idóneo para cada partido no ha contribuido a que el Dépor encuentre un funcionamiento reconocible en ataque. Sus comprensibles cambios de sistema mantienen al equipo en estado de construcción. Y cuando aflora la mejor versión del Celta, esos titubeos se convierten en un naufragio.

El Dépor llegó a Vigo con tarea pendiente en el ataque. Y abandona el derbi con un dato inquietante. Apenas lleva dos tantos -el gol de Borges al Leganés y el zapatazo de Babel ante el Sporting- nacidos en jugada en 810 minutos de Liga. Pero, además, su final descosido de Balaídos resquebraja su imagen de equipo trabajado en defensa. Ahora descubre la parte que al menos le tapaba esa manta corta en la que se convierte el fútbol para tantos equipos.