La muñeca fulmina a Nadal

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso Lois REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

WANG ZHAO | AFP

Tocado desde mayo, cuando se retiró de Roland Garros, renuncia a los tres últimos torneos del año tras competir «con dolor» desde los Juegos

21 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La noche del 2 de agosto, en plena pista central del centro de tenis de Río de Janeiro, Rafa Nadal se deshacía en aspavientos hacia su equipo. Acababa de completar un entrenamiento intensísimo junto a David Ferrer, un último test sobre el estado de su muñeca izquierda, maltrecha desde finales de mayo. A su alrededor, su tío y entrenador, Toni Nadal, escuchaba con un gesto de cierto escepticismo. Y su médico, Ángel Ruiz Cotorro, añadía algún comentario explicativo desde un segundo plano. En silencio, casi sin inmutarse, seguía la escena la capitana del equipo español, Conchita Martínez. Y el gigante que acumula 14 grand slams movía los brazos y arqueaba las cejas alimentando las dudas sobre su salud. Razonaba con vehemencia una decisión que, instantes más tarde, anunció al corrillo de periodistas que le esperaba en un rincón de la pista. Estaba listo, o al menos quería sentir que lo estaba. Lo apostaba todo a los Juegos: individual, doble y mixto, aunque días después renunció a formar pareja con Garbiñe Muguruza después de un maratón de partidos. Su conmovedora actuación olímpica, sin rodaje desde que se había ido sin jugar su encuentro de tercera ronda en París, acabó con un oro por parejas, un cuarto puesto individual y el reconocimiento mundial a su cuajo de competidor. Ni el dolor, ni la falta de ritmo, ni la acumulación de partidos le impidieron subir al podio, aunque terminó pagando el desgaste en la prueba individual. Aquel compromiso con el equipo olímpico, al que siguió un papel discreto en Cincinnati, Nueva York, Pekín y Shanghái, se cobra ahora un peaje. La muñeca fulmina a Nadal, que cierra precipitadamente la temporada 2016 para recuperarse de sus molestias. Renuncia al torneo de Basilea, al Masters 1.000 de París-Bercy y al Torneo de Maestros en Londres, tres eventos en pista cubierta, el entorno en el que peor se desenvuelve. 

«Creo que no es ningún secreto decir que llegué muy justo a los Juegos Olímpicos y el objetivo era ganar una medalla para España. Sin embargo esta recuperación acelerada me ha causado dolor en todos los torneos desde entonces y ahora me veo obligado a parar y pensar ya en el 2017», anunció Nadal en las redes sociales.

En realidad, sus problemas en la muñeca izquierda, una articulación tan sensible para un tenista, han ido evolucionando. Primero tenía dañada la vaina del cubital posterior, y ahora en realidad sufre un edema óseo de sobrecarga en una zona diferente. Molestias que le han debilitado desde mayo. Y confiesa que ha sentido «dolor en todos los torneos» que disputó tras los Juegos de Río, algo que evitó confesar en público durante meses. 

Meditado hace una semana

Nadal comenzó a alimentar las dudas sobre la renuncia a los últimos torneos del año cuando perdió en su primer partido en el Masters 1.000 de Shanghái ante el serbio Viktor Troicki: «A veces la solución es parar y dedicarse a entrenar».

A los 30 años, cierra una temporada delicada en la que sumó un par de títulos en tierra -el Masters 1.000 de Montecarlo y el trofeo Conde de Godó en Barcelona- y disputó la final de Doha. Los problemas de muñeca le hicieron caer al sexto lugar del ránking mundial, un puesto que corre peligro en las próximas semanas.