Masour bin Zayed, el jeque del fútbol tras la reforma megalómana del Bernabéu

Mercedes Mora LA VOZ / REDACCIÓN

DEPORTES

ANDREW YATES | Afp

Su fortuna, dicen, ronda los 20.000 millones. Es el presidente del fondo que controla Cepsa y quien financiará la obra del Real Madrid

16 oct 2016 . Actualizado a las 16:40 h.

Cuentan quienes lo conocen que Mansour bin Zayed Al Nahyan (Abu Dabi, 1970) es un hombre discreto, alejado de los excesos y la ostentación a la que nos tienen acostumbrados otros miembros de las familias reales de países árabes. Y eso que tiene la cuenta corriente a rebosar. Su fortuna roza, dicen, los 20.000 millones.

Quinto de los 19 hijos que engendró su difunto padre, el jeque Zayed Al Nahyan (primer presidente de los Emiratos Árabes Unidos) y hermano de Jalifa bin Zayed bin Sultan Al Nahayan (actual presidente de los Emiratos) a Mansour bin Zayed se le conoce en Europa, sobre todo, por el fútbol.

Y es precisamente ese mundo, el del fútbol, el que lo ha devuelto esta semana a las páginas de los periódicos. Y no solo de los deportivos. Resulta que el jeque es presidente de IPIC (International Petroleum Investment Company), el fondo árabe que tiene el 100 % de la petrolera española Cepsa. Ese fondo es quien va a financiar la reforma del Santiago Bernabéu, con un coste inicial de 400 millones de euros. A cambio, el nuevo estadio del Real Madrid llevará su apellido. Bernabéu Cepsa o Bernabéu IPIC. No se sabe todavía cómo acabará llamándose el templo del madridismo, aunque parece que la primera de las denominaciones es la que tiene más tirón.

Otro cromo más para el álbum del jeque. La joya de la colección, el Manchester City, propiedad del árabe desde el 2008. Lo compró por 260 millones de euros y desde entonces se ha gastado más de 1.200 en fichajes. Ni que decir tiene que a Mansour, que arrebató a Roman Abramovich el cetro del más rico de la Premier League, le apasiona el fútbol. Es el City, ahora bajo la batuta de Guardiola, la niña de sus ojos, pero no su único juguete. También es dueño del Melbourne City (Australia), del New York City (Estados Unidos) y del Al-Jazira Sporting Club (Emiratos Árabes).

Graduado en Ciencias Políticas en EE.UU. y amigo personal de Barack Obama, tiene dos mujeres y cuatro hijos. Se casó primero con la jequesa Alia bint Mohammed bin Butti Al Hamed, con la que tiene un hijo. Y más tarde repetiría nupcias con la jequesa Sheikha Manal Bint Mohammad bin Rashid Al Maktoum. Es hija del emir de Dubái. Con ella tiene tres hijos y comparte su afición por los caballos. Porque como todos los jeques, el que nos ocupa es un enamorado de los caballos. Jinete consumado (entre otras cosas ha ganado varias carreras de resistencia por el desierto), es, además, el presidente de la Autoridad de Carreras de Caballos de Emiratos Árabes.

Y como a otros jeques, le gusta España. Hasta se ha comprado una finca de 8.200 hectáreas en un pequeño pueblo de Extremadura. Se la adquirió a los Mora-Figueroa Domecq, una de las familias más ricas de Andalucía, por 55 millones.