El mismo equipo en obras

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso Lois EL TERCER TIEMPO

DEPORTES

16 oct 2016 . Actualizado a las 17:07 h.

Transmitía hasta ahora el Deportivo la sensación de que iba adquiriendo un andamiaje robusto para manejarse con cierta tranquilidad durante esta temporada. Sin alardes, como un equipo ordenado y al que le va a costar hacer daño, pero con argumentos suficientes para continuar en Primera. Pero esa imagen suele durar lo que dura, hasta que ese perfil de grupo trabajado se quiebra por cualquier motivo. Le sucedió en el pulso que tenía donde quería ante el Leganés, cuando dimitió en Riazor después del descanso. Y le volvió a pasar tras una meritoria puesta en escena en el Calderón, cuando el pronto de Fayçal terminó de forma anticipada con el partido. Por lo demás, al Deportivo le cuesta llegar a la portería contraria, porque Joselu apenas ha jugado, Andone aprieta pero no ahoga y al talento de Babel no le conduce todavía el físico adecuado.

Después de un par de regalos arbitrales que alfombraron el camino del Barcelona, los síntomas habituales de equipo quebradizo afloraron en el Camp Nou, donde el Deportivo volvió a dejar esa sensación de conjunto en obras, para lo bueno y para lo malo. Da la sensación de que tiene margen para convertirse en un proyecto que vuele más alto, aunque también es cierto que llega al último tramo de octubre todavía con bastantes costuras por zurcir. Ofreció un arranque ilusionante ante un equipo que tiene 16 veces su capacidad de gasto para la plantilla (390,7 millones por 24,7) y frente al que cualquier desajuste (el primero, el de Fernando Navarro en el 1-0) se transforma en un gol. Las diferencias, con un último tramo en inferioridad blanquiazul, se tradujeron en cuatro goles, tres postes y un cierto desánimo ante el derbi. Garitano tiene tarea por delante.