El equipo del Viejo Continente aspira a su cuarto triunfo seguido en la Ryder ante un rival herido
30 sep 2016 . Actualizado a las 14:06 h.La muerte de Arnold Palmer envuelve la Ryder Cup que este viernes comienza en Hazeltine (Chaska, Minnesota) en un ambiente de nostalgia. El recuerdo del Rey, el gran ídolo del público norteamericano y uno de sus hombres récord en el duelo contra Europa, recuerda que la supremacía de Estados Unidos pertenece al pasado. Ya no arrolla como hacía cuando se enfrentaba a Gran Bretaña en el viejo formato. Ahora aguarda como un rival herido que reclama un trofeo que durante décadas le perteneció. Y se aferra al teórico potencial de un equipo como no tuvo otro en los últimos lustros. Pero enfrente tiene un rival al que retroalimenta la confianza de sus actuales triunfos. En seis de los siete últimos duelos, en ocho de los 10 más recientes. Tal es su superioridad, que solo dos jugadores del equipo norteamericano (Phil Mickelson y J. B. Holmes) saben qué se siente al besar la copa creada en 1927 por Samuel Ryder (Canal + Golf).
El Viejo Continente persigue lo nunca visto. Su cuarto triunfo consecutivo. Otra demostración de que su generación actual ya no pisa suelo americano con sentimiento de inferioridad. Todo cambió cuando comenzaron a jugar los golfistas de la Europa continental con el antiguo conjunto británico. La generación de Seve Ballesteros perdió el respeto al todopoderoso rival de siempre. Y empezaron a caer victorias. Cada vez más frecuentes. Su socio en la pareja europea más exitosa de todos los tiempos, Chema Olazábal, pilotó desde la capitanía la mayor remontada en la historia de la Ryder en suelo norteamericano. Sucedió en Medinah (Illinois) en el 2014, y aquella demostración de garra, talento y espíritu de equipo en los supuestamente aciagos individuales, se bautizó como un milagro.
A aquel vuelco de hace cuatro años, en la última vez que la Ryder se dirimió en Estados Unidos, le sucedió una paliza en Gleneagles (Escocia). Y de aquellas frustraciones nació el convencimiento de Estados Unidos de formar un auténtico equipo. Hubo tormenta de ideas, trabajo conjunto, recuperación de un viejo capitán como Davis Love III... Y, al final, solo dos debutantes y una generación poderosísima de jugadores: Jordan Spieth, Dustin Johnson, Phil Mickelson, Patrick Reed, Jimmy Walker, Zach Johnson...
Enfrente, Darren Clarke mezcló ciencia y proximidad. Creó un grupo de WhatsApp y empezó a intercambiar información con sus chicos. Cuenta con seis debutantes en la Ryder, pero con otros seis gigantes, como Justin Rose (reciente oro olímpico), Henrik Stenson (campeón del British), Martin Kaymer (autor del putt decisivo en el triunfo ante Estados Unidos en Medinah), Rory McIlroy (flamante ganador de la FedEx Cup), Lee Westwood (que encara su décimo duelo transoceánico) y Sergio García (con 20,5 puntos en la Ryder de 32 posibles).
El duelo comienza este viernes con los partidos por parejas, cuatro foursomes y cuatro fourballs. Mañaña se repetirá el formato. Y la copa se decidirá el domingo con los 12 individuales.