Debutantes, pero no inexpertos

Manuel Piñero BAJO PAR

DEPORTES

STREETER LECKA | Afp

30 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La presencia de seis debutantes europeos semeja una de las debilidades de nuestro equipo en la Ryder. Cierto que son muchos jugadores sin experiencia en estas circunstancias, pero cabe matizar que a la mayoría les sobra talento. Es el caso de nuestro Rafa Cabrera, que ha madurado muchísimo en este último año, o del belga Pieters y el inglés Chris Wood, habituado a medirse con los americanos en Estados Unidos. ¡Qué decir de Danny Willet, el último campeón del Masters! Quizá sí Fitzpatrick y Sullivan figuren un peldaño por debajo y puedan notar la presión. Todos ellos se estrenan, pero luego harán una buena combinación con los más experimentados de los europeos.

Sí es cierto que Estados Unidos presenta un equipo más potente que el de las últimas Ryders. Equilibrado, con gente de experiencia y jóvenes...

Pero los norteamericanos ya no se pueden fiar ni de la ventaja que antes les concedían los individuales. En algunos duelos recientes los dobles les dieron una ventaja y llegó luego la remontada de Europa, al revés de lo que pasaba hace décadas.

Creo que habrá pelea hasta el final, hasta los últimos individuales del domingo. Un duelo que se decidirá por la precisión en un puñado de putts. El campo de Hazeltine tiene muy buena pinta. Ofrecerá greenes duros y rápidos, por la tradicional ventaja que tenían los estadounidenses en esas condiciones. Porque antiguamente los greenes en América eran más rápidos que en Europa. Pero ahora se ha igualado todo. También presentarán un espeso rough alrededor del green, sobre el que los jugadores de Estados Unidos se sienten más cómodos frente a la habilidad de manos de los nuestros.

Hacemos más piña los europeos en la Ryder. Creo que eso se mantiene porque la mentalidad de los norteamericanos suele ser más individualista. Pero es cierto que ellos cuentan con un buen capitán esta vez. Un señor como Davis Love III, muy querido por todos los jugadores, y eso ayudará a la unidad. Pero Europa va mantener el espíritu que luce desde que entramos los golfistas del continente. Darren Clarke me parece uno de los mejores capitanes de los últimos años, y además los jugadores están con él. Citaría al de mi época, Tony Jacklin, a Seve por su carisma y como vivía la Ryder y a Olazábal, por el cariño que le tenían los jugadores.

Tiger figura entre los vicecapitanes americanos. Como jugador parecía que no le motivaba la Ryder. Quizá se pensaba que él estaba por encima del evento o el juego. Son cosas que pasan a veces con el éxito. Es bueno que Tiger esté ahí esta vez. Que todo el mundo quiera vivir este espectáculo, le da prestigio a la Ryder.

Con esos dos buenos capitanes, todo debería transcurrir con deportividad para que el golf salga reforzado. El ambiente en América siempre es caliente, por la personalidad del país. Pero el entusiasmo al animar me parece normal. La Ryder tiene eso. Sobrepasa a los majors al ser un evento de match play con dos equipos enfrentados. Aquí se permiten otras licencias diferentes a las habituales. En el British se aplaude al americano casi igual que al local. Y en América también ocurre a veces. Pero durante estos tres días los espectadores pueden abuchear en algún golpe o momento concreto a un jugador y tampoco pasa nada. Aunque el comportamiento de todos los integrantes del equipo, eso sí, debe ser correcto.

No falta nadie. Poulter, por ejemplo, ya jugó en la Ryder el papel que pudo representar en su momento. Fue un revulsivo en Medinah y se crece en este tipo de eventos. Pero y ahora mismo está por debajo de Westwood, Kaymer y Pieters, las elecciones del capitán. Y con los americanos pasa lo mismo. Todos los que tenían que jugar, ya están en la lista. Toca disfrutar de un espectáculo diferente.