US Open: Djokovic y el desatado Wawrinka

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El suizo, que ganó sus diez últimas finales, apunta al serbio en Nueva York

11 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El mejor Novak Djokovic de la historia quizá todavía esté por llegar. Aunque el tenista inabordable del arranque del 2015, aquel que lo ganaba todo, representa hasta ahora su versión más redonda. El camino de aquel jugador hacia el Grand Slam original se frustró por una tarde extraña en Roland Garros. En su primera final en París, Stan Wawrinka desató un repertorio casi olvidado sobre una pista de tierra batida. Con un tenis alegre y valiente, impulsado por un revés a una mano cada vez más infrecuente en el tenis profesional y una confianza desorbitada, tumbó al número uno y le apartó del sueño de encadenar los cuatro majors en un mismo año. Hasta hoy (Eurosport, 22.00), cuando diriman la final del US Open, no han vuelto a cruzarse en un partido de semejante calibre. La regularidad del serbio se mantiene impecable, aunque llegó a Nueva York envuelto en achaques físicos y la desconfianza de las tempraneras derrotas en Wimbledon y Río. El suizo representa todo lo contrario con sus altibajos de genio disperso. Pero se ha vuelto fiable en los días decisivos. Por eso encadena diez triunfos en sus diez últimas finales. Por eso no perdió ninguno de los dos partidos en los que podía agarrar un grande (Australia 2014 y Roland Garros 2015). 

Djokovic, que derrotó a un desganado Gael Monfils por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-2 el viernes, ha disfrutado del camino más plácido y surrealista de su vida hasta una final. No llegó a jugar la segunda ronda por la retirada de Jiri Vesely y después Mikhail Youzhny Jo-Wilfried Tsonga abandonaron en medio de sus partidos. Llega al día decisivo con menos de nueve horas en pista, por las casi 18 de Wawrinka, que ganó al japonés Kei Nishikori por 4-6, 7-5, 6-4 y 6-2 en la penúltima ronda.