Canastas y «ruido» por Quino

míriam vázquez fraga VIGO / LA VOZ

DEPORTES

Xoan Carlos Gil

Joventut y Obradoiro fueron la excusa para que la familia del baloncesto se hiciera oír para recordar a Salvo

02 sep 2016 . Actualizado a las 10:32 h.

El baloncesto era ayer en el pabellón vigués de As Travesas la clave de todo y, al mismo tiempo, lo de menos. Lo habían dicho los técnicos de Joventut y Obradoiro en la previa: el partido que les enfrentaba, lo deportivo y el resultado, debían quedar en un segundo plano en una jornada concebida para rendir homenaje a Quino Salvo en el memorial que lleva su nombre. Y así fue. El deporte era la excusa perfecta para el reconocimiento a un hombre de básquet al que pocas maneras mejores podía haber de recordar que a base de canastas.

Por eso el pabellón rozó el lleno. Un lleno de aficionados dispuestos a vibrar, a animar, a emocionarse, también a pasar calor -abanico o lo que hubiera a mano para aliviarlo incluidos- y, sobre todo, a agradecer el legado de Quino. Por eso la previa del partido fue para su familia, protagonista de instantes emocionantes ante un pabellón volcado. Las autoridades, encabezadas por el secretario xeral para o Deporte, José Ramón Lete, hicieron entrega de diferentes obsequios a los hermanos de Quino; a sus hijas, Mónica y Silvia, y a su madre, Paulina Pastor.

No podía faltar la emoción, tanto en los familiares del baloncestista vigués fallecido hace menos de tres meses como en el público. Pero ante todo era un día de fiesta, y el mejor reflejo llegó con el momento más emotivo de la tarde. El speaker del evento propuso una alternativa al habitual minuto de silencio con el que se recuerda a los que ya no están: «Quino era máis de ruído ca de silencio...», dejó caer. Dicho y hecho. La grada, en pie, completó un minuto de aplausos que se acabaron convirtiendo en una sonora ovación. 

Justo antes de comenzar el partido, aunque se hicieron sentir los gritos de apoyo al Obradoiro, que ejercía de equipo local, resonaron más fuerte los que unían a todos los presentes, los de «Quino Salvo». Y de nuevo su madre, Paulina Pastor, fue la encargada de hacer entrega a los protagonistas del choque del balón que inmediatamente después se iba a poner en juego.

El tributo de ayer a Quino Salvo lo era de la familia del baloncesto, pero también de su ciudad, de Vigo. Por eso los equipos deportivos locales se volcaron, y no solo los de baloncesto -los conjuntos olívicos de Liga EBA, VGO Basket y Seis do Nadal, disputaron otro amistoso a media tarde-, sino también otros como el Maniotas de gimnasia rítmica o Faneca Attack de breakdance, entre otros, que amenizaron los tiempos muertos. No podía faltar el Celta de baloncesto.

Al final, ganó el Obradoiro de Moncho Fernández por 77-69 (34-29 al descanso). Lo de menos en un memorial que nace con la vocación de que sea la primera de muchas ediciones.